'Posesión infernal', la película más influyente del terror moderno

A todo clásico del terror de los 70 y los 80 le llega su particular remake. Hollywood aprovecha así la popularidad del original para adaptarlo a los gustos del público joven.

La revisión de Posesión infernal, una de las películas que más han influido en el género, ha tardado en llegar, pero parece que podría ser la semilla de una nueva franquicia. Sam Raimi, director del original, y Bruce Campbell, protagonista del clásico de 1981, son los encargados de producir una actualizada versión que ha corrido a cargo del uruguayo Fede Álvarez, un joven cineasta que había sorprendido con Ataque de pánico, uno de los cortos más vistos en internet.

El director sudamericano ha realizado un particular remezcla del primer largometraje con los mismos ingredientes principales, aunque dispuestos de manera diferente con algunos añadidos.

Aquí volvemos a tener a un grupo de jóvenes que se reúnen en una cabaña en medio del bosque y encuentran un libro fabricado con carne humana que despierta unos extraños espíritus diabólicos que tratarán de poseerlos.

No obstante, ahora el propósito de los protagonistas es distinto que el filme dirigido por Raimi. Si allí eran un grupo de amigos con ganas de pasar unos días en el campo, aquí el objetivo es lograr que uno de ellos se desenganche de la droga.

Por otra parte, Álvarez nos muestra los antecedentes de la historia y envuelve todo con un tono más melodramático. La nueva versión resulta también más gore y nada humorística.

En definitiva, el director uruguayo ha culminado una película que provoca asco y terror a partes iguales, aunque, para ello, haya eliminado los elementos cómicos que le daban un toque único a su referente.

No obstante, tanto Álvarez como los productores de la película se han guardado una sorpresa final que hará que muchos espectadores se cuestionen si nos encontramos ante una secuela o un remake. Una pregunta que ya le surgió a muchos cuando vieron The Evil Dead II, una cinta que en España conocimos como Terroríficamente muertos.

Allí Raimi realizó una secuela que usaba muchos de los elementos del original con leves variaciones. Más que una continuación parecía una revisión con más presupuesto. Una sensación que no se repitió en la siguiente entrega, El ejército de las tinieblas, donde Ash, el personaje principal de la saga, viajaba al año 1.300 y se embarcaba en una trama mucho más aventurera.

Lejos de remakes y continuaciones, Posesión infernal ha sido todo un referente para muchos hitos del horror. No es casualidad que la venerada The Cabin in The Woods comience con un grupo de jóvenes que se marcha a pasar unos días a una casita aislada.

Tampoco lo es que encuentren en el sótano un libro con unas extrañas inscripciones. Joss Whedon, guionista de la cinta, ha utilizado estos guiños al filme de Raimi para aumentar más si cabe el tono referencial de un largometraje que es todo un homenaje al terror cinematográfico.

Otra de las cintas que rinde tributo a la cinta de Raimi es Zombis nazis, una película de culto en género. Los protagonistas, como en Posesión infernal, se reúnen en una cabaña abandonada y una sierra eléctrica, arma fundamental en la saga de Raimi, se utiliza para acabar con unos muertos vivientes fascistas.

En algunos casos, la referencia es directa. En Pesadilla en Elm Street, podemos ver imágenes del largometraje en la pantalla de un televisor, mientras que los protagonistas de la estupenda Donnie Darko acuden al cine para ver el clásico de 1981.

Posesión Infernal ha sido también fundamental en la carrera de directores como Lamberto Bava, que ha reconocido el legado del filme en Demons y su primera secuela, o Eli Roth, que realiza un nada encubierto homenaje al largometraje y otros clásicos de terror en Cabin Fever.

Incluso podemos ver las huellas de la cinta en las primeras películas de los hermanos Coen, amigos y colaboradores del realizador, o del mismísimo Peter Jackson.

Son solo algunos ejemplos de la enorme influencia de un filme que extiende sus tentáculos al mundo del videojuego y los cómics.