En las últimas décadas, Qatar ha tomado posturas heterodoxas para sus vecinos, especialmente discordantes en la complicada gestión de la llamada Primavera árabe. En 2017, Qatar se vio sumida en un completo bloqueo, liderado por Arabia Saudí, tanto comercial y económico como diplomático, humanitario e incluso de espacio aéreo. Pero Qatar decidió resistir el desafío. A lo largo de los meses, el Emir consiguió aglutinar un sólido respaldo interno, al tiempo que Arabia Saudí no lograba sumar a las grandes potencias al bloqueo. Hoy, las fachadas de los edificios se cubren con la imagen de Tamim bin Hamad Al Thani como líder de la patria que ha conseguido que qataríes y expatriados se sientan orgullosos de su país y enfrenten juntos los retos futuros.
El excepcional escenario geopolítico generado por el bloqueo ha activado fortalezas económicas e institucionales, abriendo oportunidades a la inversión extranjera en ámbitos que van desde las infraestructuras –con protagonismo de la Copa del Mundo de Fútbol 2022– hasta el suministro y producción de alimentos. Parece que el bloqueo ha autodesbloqueado a un Qatar que se abre al mundo y que se autoabastece si hace falta.
Una nación rica (gracias al petróleo y al gas) que se quiere diferenciar de sus vecinos con el deporte, la cultura y la educación. La Fire Station, el Arab Museum of Modern Art o la Qatar National Library son ejemplos de ello. Pero sin duda el Museo de Arte Islámico y el nuevo Museo Nacional de Qatar son, en sí mismos, los dos adalides del orgullo patrio.
Reafirmación cultural
El Museo de Arte Islámico resalta el papel de Qatar como miembro de una cultura, una religión y su entorno. Fue la última obra del arquitecto Ieoh Ming Pei y todavía asombra al mundo. Qatar ha reforzado su relación con Turquía y estrecha vínculos con países como Kuwait, Omán, Pakistán, Irak e Irán –con el que comparte las reservas marinas de gas–. El rol especial que Qatar juega en este delicado contexto está aquí reflejado.
Imagen del hotel Mandarin Oriental Doha.
La apuesta del emirato por fortalecer la identidad nacional en el ámbito cultural se plasma también en el Museo Nacional de Qatar. Con sus más de 8.000 metros cuadrados de exposición del desierto, la cetrería, la cultura nómada…, es uno de los centros culturales más impactantes e inspiradores del planeta. No solo por la espectacularidad del edificio (obra de Jean Nouvel basada en las formas de las rosas del desierto), sino también por la narrativa, recursos tecnológicos y museográficos empleados. Vanguardia combinada con pasado remoto.
Qatar ha lanzado un plan de liberalización económica y administrativa que ha potenciado la inversión extranjera. La capital, Doha, crece y bulle. Un mar de grúas salpica el desierto y se inauguran hoteles y restaurantes por todas partes. Uno de los últimos en llegar es el Mandarin Oriental Doha.
Imagen del estadio ecuestre Al Shaqab, Doha.
Diseñado por el prestigioso David Collins Studio, el hotel cuenta con amplias habitaciones, suites y apartamentos con servicios. Fusiona un diseño elegante y contemporáneo con sutiles elementos del patrimonio tradicional catarí. Los locales hacen mucha vida en los hoteles, desde tomar el té con las amigas (ellas), hasta usar el gimnasio o disfrutar de un masaje en el spa (ellos). Los nueve restaurantes, entre ellos e IZU, del chef Izu Ani, y bares del hotel ofrecen diferentes experiencias culinarias. El spa de Mandarin Oriental Doha cuenta con seis salas de tratamiento, una suite para parejas, dos suites VIP y amplias experiencias de calor y agua, además de un moderno gimnasio. Dos piscinas en la azotea con cabañas privadas complementan la experiencia con increíbles vistas de la ciudad.
Qatar Airways, la aerolínea nacional del Estado de Qatar, cuenta con vuelos a más de 160 destinos a bordo de una moderna flota de más de 250 aviones. Es una de las compañías de transporte aéreo de pasajeros de más rápido crecimiento en todo el mundo. En España, cuenta en la actualidad con tres vuelos diarios a Doha tanto desde Madrid como desde Barcelona, además de desde Málaga durante la época de verano. La clase business de Qatar Airways se caracteriza por contar con asientos reclinables de hasta 180º convirtiéndose en camas totalmente planas; pantallas individuales con entretenimiento a bordo con más de 4.000 opciones; un servicio de menú a la carta; lujosos Amenity Kits de la firma Bric’s y pijamas de algodón de la firma de White Company.
Aspecto de la muy confortable clase business de Qatar Airways.
Qatar ha apostado por el deporte como potenciador de valores para los jóvenes y generador de una gran alianza global, a través de la Aspire Academy for Sports Excellence, que desde 2004 es el mayor centro de alto rendimiento deportivo del mundo, con instalaciones capaces de albergar 13 eventos simultáneos. Sobre estas bases, Qatar consiguió la designación para organizar el reciente Mundial de Atletismo y la 22ª Copa del Mundo de la FIFA, que se celebrará en 2022, por primera vez en un país musulmán. Y descuiden, aquí, hasta en los estadios abiertos hay aire acondicionado para sus 50 grados veraniegos.
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