¿Cómo es el hombre que se esconde bajo la apariencia de un agente secreto con licencia para matar? Esa es la pregunta que trata de responder Skyfall, la película que celebra el 50 aniversario de la franquicia cinematográfica de James Bond.
007 ya no es el espía de una pieza de las primeras películas de la serie. Su oponente tampoco es el malvado de las anteriores entregas. El director Sam Mendes (American Beauty o Camino a la perdición) prefiere que ambos dejen el blanco y negro para moverse en el territorio de los grises.
El agente secreto, que encarna por tercera vez Daniel Craig, no vive su mejor momento. Sacrificado en una misión, Bond vuelve a las filas del MI6 después de ser dado por muerto.Sus facultades físicas se encuentran mermadas y su confianza en M ya no es la de antaño.
Raoul Silva, el villano de la función al que da vida Javier Bardem, funciona como el reverso hortera y afeminado del elegante macho alfa que representa 007.
Al igual que Bond, él fue un fiel subordinado de M. También como Bond fue sacrificado por el bien de una misión. Ahora, a diferencia del personaje de Craig, Silva ha decidido destruir a su antigua jefa y a la organización para la que trabajó durante años.
Javier Bardem echa toda la carne en el asador para conseguir que su personaje resulte perturbador. El pelo rubio oxigenado y ese looksetentero logran descolocar al espectador desde su primera aparición.Además, lo hace el extraño coqueteo que mantiene con un Bond al que toca con un sentimiento casi lascivo.
Repulsivo y carismático a la vez, el marido de Penélope Cruz consigue que su villano entre por derecho propio en la galería de mejores antagonistas de la franquicia.
Dentro de este enfrentamiento de titanes entre Bardem y Craig, Mendes se reserva un espacio para dejar su particular huella dentro de un filme de encargo.Al igual que en gran parte de su filmografía, el cineasta británico analiza la importancia de la familia en los seres humanos.
De esta manera, el desapego sentimental que 007 siente por las personas podría tener su origen en un trágico suceso ocurrido en su infancia.
No obstante, Mendes no olvida que se encuentra ante la película que celebra el 50 aniversario de una franquicia. Así, esta entrega se encuentra repleta de referencias a otras cintas de Bond.
Entre otros guiños, recuperamos al popular Aston Martin DB 5 que el agente secreto utilizara en varias películas de la saga.
A la vez, los guionistas no pierden la oportunidad de citar explícitamente Solo para tus ojos o reírse de los gadgets con forma de bolígrafo.
El cineasta británico también renueva protagonistas de la saga e incluye algún otro personaje que había estado ausente en alguna de las últimas películas de la serie.
La consigna es que algo tiene que cambiar para que todo siga igual.
A tenor de los resultados del largometraje, los responsables de Skyfall logran su objetivo.
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