Cineastas latinas y perversión de la infancia en el Festival de San Sebastián

  • San Sebastián.- Dos de las cuatro realizadoras que acuden a la sección Horizontes Latinos del Festival de San Sebastián, presentaron hoy dos visiones complementarias de la agresividad en la infancia: "Por tu culpa", de la argentina Anahí Berneri, y "Agua fría de mar", de la costarricense Paz Fábrega.

Cineastas latinas y perversión de la infancia en el Festival de San Sebastián
Cineastas latinas y perversión de la infancia en el Festival de San Sebastián

San Sebastián.- Dos de las cuatro realizadoras que acuden a la sección Horizontes Latinos del Festival de San Sebastián, presentaron hoy dos visiones complementarias de la agresividad en la infancia: "Por tu culpa", de la argentina Anahí Berneri, y "Agua fría de mar", de la costarricense Paz Fábrega.

Nuevos nombres de mujer se siguen añadiendo a la nómina de directoras latinoamericanas relevantes. Tras Lucrecia Martel, Lucía Puenzo, Julia Solomonoff o Paz Encina hay que empezar a tener en cuenta a Berneri y a Fábrega.

La primera de ellas, tras "Un año sin amor" y "Encarnación" y después de tener dos hijos, profundiza precisamente en una generación de niños marcados por "la normalización de la violencia".

"Los padres han desnaturalizado su función y les pesa la mochila de los hijos. Generan violencia al no mirarlos, al no poner un límite, no poner la autoridad de adulto. Somos un poco adolescentes como padres hoy en día", reflexiona la directora en una entrevista con Efe.

"Por tu culpa", que ya se vio en el Festival de Berlín el pasado febrero, muestra un hogar de tensión tan alarmante que se convierte casi en terror familiar, marcado por la doble angustia que crea la culpa por irresponsabilidad y su consecuencia: la sobreprotección aplicada tarde y mal.

Todo arranca cuando una mujer recién separada tiene que llevar al hospital tras una caída en casa a uno de sus dos hijos, al que había desatendido mientras preparaba un informe para su oficina. Pero al llegar al hospital con su hijo magullado, los médicos sugieren que los golpes son fruto del maltrato y la someten a estudio.

"Muchas madres no maltratadoras no superarían ese cuestionario", sentencia Berneri, que considera "totalmente descontrolada" la nueva generación infantil.

Tanto es así que la película, protagonizada por Erica Rivas, Nicasio Galán y Zenón Galán, emprende una escalada hacia lo asfixiante. "Tiene algo de thriller, tiene un falso sospechoso. Quisimos hacer algo como de Hitchcock, jugando con ese género, pero con un fondo muy realista", explica la directora.

Y es que el mensaje viene a decir que el hombre es "la única especie animal que se sorprende de que sus crías le molesten" hasta generar "una dinámica de maltrato invisible" que, en el filme, no es la única, pues la madre asume los roles de víctima de su marido y verdugo de facto, pese a las buenas intenciones, de sus hijos.

"Hay también denuncia a la violencia de género en algún lugar muy pequeño", reconoce la directora, que dibuja un marido que supervisa de manera exigente pero no colabora de manera efectiva en la educación de los pequeños.

Finalmente, el último elemento que redondea este filme en el que planea una tragedia que nunca explota, es el mensaje anticlasista.

"Quería sacar por completo la pobreza como lugar de la violencia. La violencia es un común denominador que trasciende las condiciones sociales", resume.

Desde un punto de vista tan distinto como complementario, Paz Fábrega ha filmado su bucólico, poético, malsano y por momentos plúmbeo retrato del retorcimiento infantil.

Naturaleza del mal en medio de la exhuberante naturaleza de la costa del Pacífico en Costa Rica conviven en "Agua fría de mar", una película que cuenta con el sello del Fondo Hubert Bals del Festival de Rotterdam (Holanda), que es como el "pata negra" del cine independiente radical.

Con las interpretaciones de Montserrat Fernández y Lil Quesada Morua, la cinta detiene el tiempo en un tórrido Año Nuevo centroamericano en el que las serpientes de mar quedan varadas en la playa y los niños disfrutan o se aprovechan del libre albedrío.

Allí, la pequeña Karina desaparece sin razón aparente de su casa, despertando la inquietud de su familia e involucrando con sus mentiras a una joven pareja que intenta ayudarle.

Mansa y a la vez inquietante, "Agua fría de mar" apunta a Fábrega -quien finalmente no pudo estar en la ciudad española- en este prometedor debut como una cineasta de mirada turbadora que, tras la visión urbanita corrompida por el frenesí de "Por tu culpa", toma el camino de lo atávico y lo innato en su retrato de la perversión durante la infancia.

Mateo Sancho Cardiel

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