Pasa todos los años por estas fechas. A primera hora del día, las temperaturas son bajas y pasamos frío de camino al trabajo o a clase, pero cuando salimos a mediodía nos derretimos de calor como si estuviéramos en pleno mes de julio. El otoño siempre trae consigo el llamado entretiempo, que nos sitúa en medio de dos estaciones y nos vuelve locos a la hora de vestirnos, sobre todo si salimos temprano de casa.
Porque tenemos dos opciones, o arriesgarnos y salir de casa como si fuera verano aún sabiendo que podemos coger un catarro, pero después no pasaremos calor; o optar por la táctica de la cebolla e ir poniéndonos capas encima para que luego nos las quitemos a medida que va entrando el calor.
Pero podemos elegir una vía intermedia y optar por prendas que nos sirvan tanto para las primeras horas de la mañana cuando hace más fresco como a las horas intermedias del día cuando suben las temperaturas. Y estas son las que nunca fallan.
En primer lugar, necesitamos una chaqueta para los primeros momentos de la mañana que abrigue y sea, a la vez, lo suficientemente ligera para luego guardarla en el bolso o mochila. Por ello, lo mejor en esta época son las chaquetas de punto o las parkas, estas últimas, sobre todo, cuando llueve. Chaquetas que abrigan en este tiempo, ligeras y que podemos llevar a cualquier parte.
Otro consejo, es apostar por camisas y blusas finas que dejen transpirar la piel. En el caso de ellas, además, es mejor llevarlas de manga francesa para pasar menos calor. Los mejores tejidos para esta época son el lino y el algodón más ligero y los colores, cuanto más claros mejor.
Para la parte inferior, los chicos tienen que llevar sí o sí pantalón largo, así que también hay que intentar que el tejido sea lo más ligero posible. En el caso de las chicas, tienen la posibilidad de escoger entre faldas midi vaporosas, pantalones de tipo culotte o bermudas, que se han convertido en una de las tendencias de este verano y siguen acompañándonos en otoño.
Por último, en cuanto al calzado, ellas pueden seguir usando sandalias o mules, mientras que en el caso de ellos, hay que procurar usar mocasines o naúticos de materiales ligeros. Lo más importante en ambos casos es que los zapatos sean transpirables y cómodos. Las botas cerradas y zapatos de piel es mejor dejarlos para un poco más adelante.
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