'El Proceso' de Kafka se convierte en una novela gráfica

  • Tras haber sido adaptada para el cine y el teatro, 'El Proceso' de Franz Kafka ahora se convierte también en una novela gráfica intensa y surrealista publicada en España por la editorial Sins Entido.

'Se ve que alguien calumnió a Joseph K., pues fue detenido una mañana sin haber hecho nada malo'. Es el arranque de El Proceso de Franz Kafka, una novela destinada a ser destruida porque así quería su propio autor y que se conviertió en una de las obras de ficción de referencia de la literatura mundial.

Publicada en 1925, después de la muerte de Kafka al igual que todas sus novelas, El Proceso es una parábola de la ineficiencia, la corrupción, la injusticia y sobre todo de la absurdidad de la burocracia.

Y no de la burocracia checa de principios del siglo XX, sino de todas las burocracias. Desconcertantes, surrealistas, misteriosas y por esto kafkianas por definición.

Tras haber sido adaptada para el cine y el teatro, la historia de Joseph K., detenido una mañana y procesado sin ningún motivo aparente, ahora se convierte también en una novela gráfica publicada en España por la editorial Sins Entido.

La esencia de El Proceso en tiras de cómic

David Zane Mairowitz, entre otras cosas escritor, dramaturgo y autor de una adaptación de El Proceso para el teatro, es el responsable de la 'traducción' de la estructura de la obra original de Kafka a la estructura de una novela gráfica. Tarea todo lo contrario que fácil en la que le asiste la dibujante, ilustradora y autora de novelas gráficas Chantal Montellier.

El resultado es brillante, entretenido y atrevido, pero también difícil, absurdo y casi psicodélico como tiene que ser. Joseph K. 2013 cuyos rasgos y atuendo en la novela gráfica en cuestión coinciden con los de Franz Kafka2013 ronda los pasillos de las oficinas del juzgado, ubicadas todas en desvanes y se cruza con personajes soeces y mujeres más sexuales que sensuales de las que busca ayuda y salvación.

Y a pesar de que empiece declarándose inocente, Joseph K. acaba defendiéndose solo en un proceso absurdo e injustificado que poco a poco, a su pesar, tiene que tomarse en serio.

Mientras, a lo largo de todas esas páginas, el trágico epílogo de la novela se asoma bajo forma de un esqueleto que danza, bromea, se ríe y que al final hasta se disfraza de juez. Con peluca empolvada y el libro de ley en las manos huesudas. La esencia misma de la obra maestra de Kakfa en tiras de cómic.

Alessia Cisternino
Mostrar comentarios