Con ustedes, el futuro del cine sin subvención

¿Qué harías si supieras con certeza absoluta que el mundo será aniquilado por un meteorito dentro de 42 días? ¿En qué emplearías tu tiempo a medida que avance la cuenta atrás? A estas preguntas intenta responder 'Al final todos mueren', largometraje colectivo que ha producido y dirigido un cuarteto de cineastas curtidos en las trincheras del cortometraje y los bajos (o nulos) presupuestos.

Ellos son Javier Botet, Roberto Pérez Toledo, Pablo Vara y David Galán Galindo, y han contado con la colaboración especial de Javier Fesser (director de Las gran Aventura de Mortadelo y Filemón o Camino), quien ha ejercido de padrino del proyecto, dirigiendo el prólogo y el epílogo de la película.

Al final todos mueren ha sido gestada en apenas seis meses, sin subvención alguna y mediante la autoproducción de sus propios autores. "Hemos rodado casi con lo puesto, en poquitos días, tirando de ahorros personales, de sinergias de energías, pero siempre con el objetivo puesto en lograr un resultado de factura profesional", cuenta Roberto Pérez Toledo , quien ya destacó el año pasado con su ópera prima,

Seis puntos sobre Emma, que logró el elogio de la crítica y aún recorre los festivales del mundo, acumulando unadecena de premios. "Me lo propusieron y me lancé a la piscina. Se trataba de generar un proyecto sin desgastarnos en esperas eternas ni tocando puertas que ahora mismo nadie abre. Sólo hemos necesitado nuestra experiencia previa en el 'yo me lo guiso, yo me lo como'.

La gestación ha sido muy rápida, aunque también dura porque ha habido que agudizar el ingenio para que no se note la escasez de medios. La peli está posproducida, prácticamente, en nuestros propios ordenadores", añade Pérez Toledo.

Y acaba de salir del horno y ya está a punto de vivir su primer contacto con el gran público: Al final todos mueren se presenta hoy en el Festival de Cine Español de Málaga, donde compite en la Sección Oficial ZonaZine.

Allí los espectadores podrán descubrir por primera vez este cóctel de ciencia-ficción cotidiana que relata distintas historias, en clave intimista, con un montón de personajes enfrentados a un inevitable fin del mundo. "Tenemos drama, thriller, comedia, romance…

Y nos gustaba la idea de jugar con el spoiler en el propio título. El espectador sabe que los personajes van a morir, pero lo importante es qué hacen mientras llega ese fin. Nuestro meteorito es de bajo presupuesto pero causa la misma devastación que los del cine americano", bromea Pérez Toledo, quien ya prepara su siguiente largometraje, que será "una película también pequeña en concepto pero, espero, poderosa a la hora de contar una historia ambiciosa a través de los actores, que son mis efectos especiales".

Algo que también llama la atención en Al final todos mueren es su multitudinario reparto, repleto de rostros jóvenes y conocidos del cine y la televisión: Manuela Vellés (Caótica Ana), Macarena Gómez (La que se avecina), Andrea Duro (Física o Química), Alejandro Albarracín (Tierra de Lobos), Miguel Ángel Muñoz (Un paso adelante), Elisa Mouliaá (Águila Roja), Andrea Ros (Rec2)… Todos han aportado su talento a un proyecto que es fruto de estos inciertos tiempos de recortes, descenso preocupante de espectadores y salas que cierran pero que responde a un acto de pasión y entrega por parte de sus artífices.

El cine de presupuesto mínimo es ya tendencia en el presente que vivimos y en el futuro inmediato, aunque el gran carro de batalla para estas películas será encontrar las vías para llegar al público y encontrar su rentabilidad. ¿Cambiará la distribución tal y como la hemos conocido hasta ahora? ¿Cines, Internet, DVD/Blu-Ray o todo junto y a la vez como hizo Paco León con Carmina o revienta?

"Iremos a por todas para conseguir que nuestro trabajo llegue a los espectadores, ya sea en salas, festivales o a través de la red. Pienso que, ante las circunstancias que lo están paralizando todo, nuestra misión como cineastas es seguir creando y generando proyectos contra vientos y mareas, con el presupuesto que tengamos o con la cámara cochambrosa de nuestro teléfono móvil, al mismo tiempo que inventamos nuevas formas de llegar al público e interesarle y atraerle con nuestro trabajo.

Soy optimista: sé que la gente va a seguir demandando cine, porque no podemos vivir sin cine. Y mientras no nos amenace un meteorito del espacio, aquí seguiremos intentando contar historias", concluye Pérez Toledo.