Corridos norteños y balazos recuerdan a los capos muertos en México

  • Al ritmo de corridos norteños y entre balazos, los barones de la droga fallecidos son recordados este Día de Muertos en cementerios del norteño estado mexicano de Sinaloa, cuna de los más importantes capos del narcotráfico.

Karina Méndez

Culiacán (México), 2 nov.- Al ritmo de corridos norteños y entre balazos, los barones de la droga fallecidos son recordados este Día de Muertos en cementerios del norteño estado mexicano de Sinaloa, cuna de los más importantes capos del narcotráfico.

Como en todo México, este 2 de noviembre se espera, según una tradición prehispánica, el regreso de los muertos para convivir en el camposanto con sus familiares, lo que en la mayoría de los casos se convierte en una animada fiesta, con música, flores, bebidas y comida al pie de la tumba del difunto.

Pero en el panteón Jardines de Humaya, construido en 1966 en Culiacán, capital de Sinaloa, la fiesta es en grande, con bandas de música, botellas de whisky y frente a mausoleos erigidos en memoria de capos del narcotráfico.

En este cementerio están enterrados ciudadanos comunes, pero también capos como Arturo Beltrán Leyva, "El Jefe de Jefes" e Ignacio "Nacho" Coronel, enemigos y ambos abatidos a manos de las autoridades en diciembre de 2009 y julio de 2010, respectivamente.

Durante una visita que hizo Efe a las instalaciones de este camposanto, uno de los veladores comentó que durante la noche, o en la madrugada de hoy, familiares y amigos de los difuntos les traen una banda musical que toca corridos, descargan sus pistolas y hasta han traído a artistas conocidos para que les canten.

"Sí, los festejan. Una vez por año traen bandas o grupos y les tocan toda la noche, toman whisky y algunas veces traen mujeres", dijo uno de los enterradores.

La fama de Jardines del Humaya como última morada de narcotraficantes se inició en la década de 1980 cuando fue enterrado Lamberto Quintero, un famoso traficante de marihuana a quien Chalino Sánchez le escribió y cantó un corrido. El segundo traficante enterrado ahí fue Inés Calderón Quintero, quien transportaba cocaína a Estados Unidos.

En este cementerio se pueden ver desde tumbas sencillas a mausoleos de varios pisos, con costos que van de 50.000 a 2 millones de pesos (de 3.750 a 150.000 dólares), según enterradores del lugar.

Los capos del narcotráfico hacen notar hasta después de su muerte el derroche de dinero que en vida los caracterizó.

Por eso hay en este cementerio mausoleos que reproducen las casas de los capos, de dos o tres niveles, construidos de mármol, enormes vitrales y jardines.

Algunos tienen en su interior sistema de aire acondicionado, adornos de oro, fotos, joyas, camionetas y hasta centros de fiestas.

Sus familiares los rodean con los objetos que más codiciaron en vida.

En este lugar se escucha un corrido que puede resumir el pensamiento de muchos capos: "El día que yo me muera/ no voy a llevarme nada/ hay que darle gusto al gusto/ la vida pronto se acaba/ de lo que pasó en este mundo/ nomás los recuerdos quedan/ ya muerto voy a llevarme nomás un puño de tierra".

En una tumba de dos pisos, con vidrios polarizados, está enterrado Gonzalo Araujo Payán, quien fue jefe de sicarios del cartel de Sinaloa, el más poderoso de México y dirigido por Joaquín "el Chapo" Guzmán.

Araujo Payán fue considerado de los más temidos tiradores que tenía "El Chapo"', nunca fallaba sus tiros. Araujo Payán murió en su casa de un tiro en la cabeza y se cree que fue un suicidio.

También aquí están la esposa y los hijos del Héctor "el Güero" Palma, quienes fueron asesinados.

No todos los narcos van a Jardines del Humaya. Otros deciden que cuando mueran sean enterrados en sus ranchos o haciendas, como Amado Carrillo Fuentes, "el Señor de los Cielos", quien mora en el rancho El Guamuchilito en el municipio de Navolato (Sinaloa).

Édgar Guzmán, hijo de "El Chapo" fue enterrado en el rancho de la familia en el poblado de Jesús María.

El hijo de "El Chapo" fue asesinado junto a Arturo Meza Cázares, hijo de Blanca Margarita Cázares Salazar, 'la Emperatriz', quien fue señalada por el Gobierno de Estados Unidos como la cabeza de una red de lavado de dinero producto del narcotráfico del cártel de Sinaloa.

Para muchos en Sinaloa, morir bajo las ráfagas de balas es una muerte natural. Debido a esto los funerales y entierros son el pan de cada día.

Además de "El Chapo" Guzmán, considerado por la revista Forbes como uno de los millonarios de México, en Sinaloa nacieron también Ismael "el Mayo" Zambada, Juan Esparragoza "el Azul", los hermanos Arellano Félix (cartel de Tijuana) y los hermanos Beltrán Leyva, entre muchos otros.

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