Un crédito de 1.000 millones amenaza la colección de arte más visitada de Portugal

  • Incapaz de afrontar la deuda, el poderoso empresario Joe Berardo se asoma a un precipicio por el que puede perderse también su valiosa muestra.
El gobierno luso trata de rescatar la valiosa colección. /Museu Berardo
El gobierno luso trata de rescatar la valiosa colección. /Museu Berardo

Pidió créditos de casi mil millones con la garantía de su colección de arte moderno, la más visitada de Portugal. Incapaz de afrontar la deuda, el poderoso empresario Joe Berardo se asoma a un precipicio por el que puede perderse también su valiosa muestra que el Gobierno intenta rescatar.

El "caso Berardo" ha abierto un dilema entre banca y arte de profundas raíces que se desarrolla en dos niveles: las declaraciones grandilocuentes en público y herméticas negociaciones en privado, de las que se conocen pinceladas siempre bajo declaraciones anónimas.

Lo que se sabe sin lugar a dudas es que Joe Berardo, otrora hombre admirado y condecorado del país, emblema del emigrante hecho a sí mismo durante el siglo XX y retornado como rico mecenas, ha caído en desgracia y con él se arriesga una muestra de enorme valor para el país compuesta por más de 800 obras.

Todo por una deuda. Berardo debe 962 millones de euros a la Caixa Geral de Depósitos, el Banco Comercial Portugués y el Novo Banco, entidades que el pasado abril perdieron la paciencia e iniciaron un proceso judicial para cobrar el préstamo.

El problema es cómo hacerlo. El empresario había dado como garantía, entre otros activos, un 75% de los títulos de la Asociación Colección Berardo, propietaria de su impresionante acervo, expuesto en su mayoría en el recinto del Centro Cultural de Belem (CCB), en Lisboa.

El Museo Berardo, que contiene las obras, es el más visitado de Portugal, según datos del medio especializado The Art Newspaper. Francis Bacon, Dalí, Magritte, Deschamps, Picasso o Man Ray son algunos de los artistas que el mecenas, enriquecido en África, acercó al público en 2006, gracias a un acuerdo con el Estado luso que se prolongará hasta 2022.

La idea era que los portugueses, que carecían de una colección potente de arte moderno y contemporáneo por el desprecio hacia esta expresión artística mostrada durante el Estado Novo (1933-1974), pudieran visitar en su país 861 de estas joyas, explica a Efe Isabel Pires de Lima, ministra de Cultura cuando abrió el museo.

"No hay ninguna otra colección en Portugal con esas características para ser expuesta y disfrutada por el público", afirma rotunda, antes de destacar el valor de las piezas del periodo surrealista, que considera únicas incluso "a nivel internacional".

El avance judicial de los bancos, por tanto, causó inquietud entre las autoridades. "La prioridad máxima es garantizar que las obras de la Colección Berardo no salgan del país ni del CCB", apuntaba en un reciente artículo el semanario luso Expresso.

Citando fuentes bancarias anónimas, el medio apuntaba que se busca un acuerdo con el Gobierno "a medio y largo plazo", para evitar que la colección salga del país y que al mismo tiempo las entidades sean compensadas.

"En esta fase, no vamos a comentar", dijeron fuentes del Ministerio de Cultura consultadas por Efe sobre la veracidad de estas presuntas negociaciones. Parte del laberinto del caso se debe a si efectivamente las obras son una garantía ejecutable por parte de los bancos o si lo son solo los títulos de participación. La otra gran duda es si, llegado el caso, el Estado podría comprar las obras.

La opción de compra

El primer ministro, el socialista António Costa, ha manifestado en el Parlamento que existe la opción de adquirirlas, en virtud del protocolo firmado en 2006 entre el Estado y el empresario, donde se apuntaba que el acervo tenía un valor de 316 millones de euros, según una valoración de la casa de apuestas Christie's.

Pero en 2016 se actualizó dicho protocolo, y, según medios portugueses, se incluyó la obligación de hacer una nueva valoración que hace que, a precios actuales de mercado, la cifra pueda hasta triplicarse y rondar los 1.000 millones, un extremo que tampoco comenta el Ministerio de Cultura.

"Es extremadamente grave para Portugal si el Estado pierde la posibilidad de tener algún control sobre esa colección", advierte Pires de Lima, quien aboga por hacer un "gran esfuerzo" para mantener las obras en el país.

En ello trabaja una "task force" constituida por el Gobierno el pasado mayo para dar respuesta a la crisis. La conforman las carteras de Finanzas, Justicia y Cultura, que buscan definir en las próximas semanas la fórmula que permita a los lusos seguir disfrutando de la Colección Berardo.

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