La Carmen de Bieito llega al Real con ajustes en las escenas de la bandera

  • Habrá 18 funciones entre el 11 de octubre y el 18 de noviembre.
Carmen
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La Carmen de Bizet llega al Teatro Real. Estará del 11 de octubre al 18 de noviembre con 18 funciones y tres repartos diferentes de la mano de Calixto Bieito. Desde su estreno en 1999 en el Festival de Peralada ha sido presentada en más de 30 teatros de Europa y América y ofrecida en España en el Auditorio de San Lorenzo del Escorial (2009), el Gran Teatre del Liceu de Barcelona (2010 y 2015) y el Palacio Euskalduna de Bilbao (2014).

Calixto Bieito ha sido el que más se ha acercado a la versión de Bizet sobre la Carmen de Mérimée, que fue duramente criticada en su estreno en París en 1874 y dulcificada posteriormente por un discípulo.

En su propuesta dramatúrgica Bieito aleja la ópera del enfoque pintoresco y traslada su trama a Ceuta durante los años 70, espacio fronterizo propicio al universo del contrabando y la marginación en el que la situación de los protagonistas se presenta con desgarro, remitiendo al desconcierto que provocó el estreno de la obra en París, en 1875, cuando el público rechazó su drama naturalista.

Georges Bizet, profundamente decepcionado con la mala recepción de su ópera, cansado y enfermo, moriría tres meses después, con apenas 36 años, sin intuir que su Carmen, precursora del verismo italiano, se convertiría en una de las óperas más representadas en todo el mundo.

Siguiendo la estela de Federico García Lorca, que pedía a los actores que mostraran ‘los huesos y la sangre de sus personajes’, Bieito demanda a los cantantes y al coro una interpretación visceral, en que la seducción, la pasión, el sexo, el maltrato, la humillación, el machismo, los celos y la sinrazón llegan al espectador con una violencia emocional y un ritmo trepidante, potenciados por la vida al límite en ese submundo hiperbólico, no exento de una inquietante poesía, que recuerda a Quentin Tarantino o Martin Scorsese.

En el Teatro Real tres repartos darán vida a la ópera de Bizet, encabezados por las mezzosopranos Anna Goryachova, Stéphanie d'Oustrac y Gaëlle Arquez (Carmen), los tenores Francesco Meli, Andrea Carè y Leonardo Caimi (Don José), las sopranos Eleonora Buratto y Olga Busuioc (Micaëla) y los barítonos-bajo Kyle Ketelsen y Vito Priante (Escamillo) que, con el resto del elenco y el Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real, actuarán bajo la dirección musical de Marc Piollet, experto en el repertorio decimonónico francés.

Las diferentes lecturas e interpretaciones que nacen de la fabulosa partitura de Bizet y su capacidad para provocar emociones hacen de Carmen una obra siempre viva y universal.

Llega con ajustes

En la obra que veremos en el Real habrá "ajustes, que no cambios", en un par de escenas" por "sentido de la responsabilidad", para evitar herir sensibilidades con el uso que se le daba a la bandera de España en un par de escenas.

Así lo han subrayado su presidente, Gregorio Marañón, y su director artístico, Joan Matabosch, quienes han asegurado que estos "ajustes" se producen por iniciativa del propio Bieito.

De ese modo, se pretende evitar que momentos en los que la bandera servía de mantel, muleta, trapo y toalla -lo que llevó al exministro de Exteriores José Manuel García-Margallo a elevar una pregunta parlamentaria tras su estreno en París el pasado abril- origine una polémica al margen de lo estrictamente artístico.

"Por sentido de servicio al mundo de la cultura, sentido de la excelencia del trabajo profesional y sentido de la responsabilidad, problemas como los que se han inventado y vaticinado con cierta irresponsabilidad se han resuelto", ha indicado Marañón, quien ha apostillado que se ha aplicado la "inteligencia".

Para Matabosch, los "ajustes" se han hecho "para que no haya cambios en el sentido que se quiere expresar, para mantener la fuerza del montaje por el momento que estamos viviendo" y para evitar que haya "lecturas distintas" de la que buscaba Bieito cuando, por ejemplo, puso en el escenario una toalla rojigualda para que se tumbara al sol una prostituta.

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