Mujeres que cambiaron el mundo antes de los 30... y a las que casi nadie conoce

  • No solo Bill Gates, o Larry Page lograron antes de esta edad dar un impulso al mundo con sus mentes privilegiadas. 
Nicole Kidman interpretó a Rosalind Franklin
Nicole Kidman interpretó a Rosalind Franklin

No solo Bill Gates o Larry Page lograron cambiar el mundo antes de los 30. Marie Curie (1867) fue la primera mujer en recibir el Nobel y la única que lo ha recibido en dos categorías distintas (Física, 1903) y Química (1911). También fue la primera en dar clases en la Sorbona. Ella es conocida. Pero otras muchas que hicieron historia permanecen en el olvido. El libro 'Cómo cambiar el mundo antes de los 30' (editorial Next Door), habla de ellas, y de otras mentes geniales que antes de esta edad cambiaron el mundo. En pleno boom del #MeToo nos centramos en esas mujeres que lucharon contra todo y que han quedado más olvidadas. 

Olivia Sabuco cambió el concepto de la medicina

Es el caso de Oliva Sabuco (1562-1622) cuyas ideas adelantaron la revolución científica. Fue la primera en señalar, en contra de los postulados de la época, que el conocimiento debía adquirirse por la experiencia. Con solo 24 años envió su obra 'Nueva filosofía de la naturaleza del hombre al mismísimo Felipe II'. Eso le salvó de la quema. Oliva arremetió contra las sangrías y métodos sanitarios de la época, defendió la existencia de enfermedades psicosomáticas, y apostó por las ventajas de la musicoterapia, la higiene y la importancia de la genética. No solo eso. Apostó por la vida saludable, no comer copiosamente, realizar ejercicio y vivir en una ambiente agradable. Y defendió que el cerebro de los hombres y las mujeres eran iguales. ¡Y habló de la pena negra, la futura depresión! El libro fue elogiado por Lope de Vega, y tuvo siete reediciones. 

María Gaetana Agnesi, la primera que hizo un libro matemático

María (1718-1799), era conocida como el oráculo de siete idiomas. Con siete años hablaba de forma fluida italiano, latín, francés, griego, hebrero, alemán y español. Fue la primer mujer en escribir un libro sobre matemáticas. El trabajo se traduciría a varios idiomas y se convirtió en un texto de referencia en universidades de toda Europa.

Uno de los descubrimientos de Mary Anning
Uno de los descubrimientos de Mary Anning en el Museo Nacional Británico.

Mary Anning: toda una Indiana Jones

Una niña sin estudios capaz de encontrar fósiles como nadie en su época. Mary Anning (1799-1847) fue la primera Indiana Jones que se conoce. Carecía de formación académica pero encontró y clasificó fósiles de ictiosaurios, los primeros esqueletos de plesiosaurios y una gran número de peces e invertebrados desconocidos para la época.  Solo publicó un texto en vida y acabó poniendo una tienda que visitó hasta Federico Augusto II. En su muerte, la Sociedad Geológica de Londres publicó un panegírico en su honor. Por primera vez dedicado a una mujer.

Rosalind Franklin
Rosalind Franklin fue encarnada por Nicole Kidman en el teatro.

Rosalind Franklin, sin ella no se hubiera descubierto el ADN

Rosalind (1920-1958) odiaba las muñecas y desde los 15 quiso ser científica. En la Universidad  de Cambridge cursó Química y Física. También hablaba alemán y francés. Sus trabajos ayudaron a mejorar las máscaras de gas, pero su objetivo siempre fue descubrir la estructura tridimensional del ADN. Ella fue la que empezó a aislar las formas cristalinas puras gracias a su técnica de cristalografía de rayos X. Luchadora contra el sexismo logró la foto 51 vital para el estudio del ADN pero fue despedida. Murió de cáncer por el uso de rayos X sin protección, pero no fue reconocida hasta 1992 como pionera en el estudio de estructuras moleculares, incluido, el ADN. Nicole Kidman la interpretó en la obra de teatro 'Photograph 51' con buenas críticas.

Jocelyn Bell, la descubridora de los relojes cósmicos

Nacida en 1943 dentro de una familia cuáquera que creía en la igualdad de sexos Jocelyn se rebeló cuando en la asignatura de ciencias las mujeres eran mandadas a hacer costura y cocina. Sus quejas dieron resultado.  Única mujer que estudió física en Glasgow de su promoción. Había golpes y ruidos cuando entraba en clase, pero superó las trabas y no solo eso. descubrió  unas extrañas estrellas denominadas púlsares. El Nobel no cayó en sus manos, sino en las de Anthony Hewish y Martin Ryle, director de su tesis y del grupo de investigación de radioastronomía. Ella solo era un doctoranda, cierto, pero participó en la construcción del telescopio con el que se logró la gesta. Estuvo en la colocación de 200 postes telefónicos, y descartó que las señales recibidas fueras interferencias.

"La gente me felicitaba más por mi matrimonio que por mi descubrimiento", confesaba. Cierto que "mi marido no hubiera aceptado el premio, que una mujer ganara más que él". Aun así, Hewish la citó al recibir el Nobel y ella ha trabajado desde entonces con rayos gamma y llegó a presidenta de la Royal Astronomical Society. Su mensaje a las jóvenes es claro: "Dominen la física, las matemáticas y la ingeniería eléctrica y que persigan sus sueños como un metrónomo estelar".

ELLAS LUCHARON CONTRA EL 'EFECTO PIGMALIÓN'

Qué tienen en común los genios antes de los 30

Sergio Parra, autor del libro 'Cómo cambiar el mundo antes de los 30' cree que no plegarse a las convenciones, ser capaz de probar siempre cosas nuevas y juguetear y no tener miedo al 'establisment' son algunos de los rasgos comunes de los protagonistas de su libro. "Es cierto que cuando uno es joven tiene menos que perder,  pero este libro también puede animar a la gente de más edad a cambiar el mundo". Parra destaca a las mujeres entre las mentes brillantes que desvela en el libro (no faltan en él Gates o Larry Page, por ejemplo), pero considera que el misterio que rodea a Sabuco y su apuesta por la ciencia moderna es revolucionario. O el caso de Bell, al no darle el Nobel.  "Ellas lucharon contra el efecto Pigmalión, el hecho de que cuando vives en una sociedad, el estereotipo dicta para lo que las mujeres están preparadas o no, y que ellas muchas veces, inconscientemente, asumen. Por eso, en parte, se decantan por estudios más sociales. "Ojalá este libro sea inspirador para las mujeres, los menores de 30 y por qué no, mayores", señala el autor. "Que sepan que el mundo siempre puede ser cambiado a mejor gracias a la ciencia, la tecnología y el conocimiento", es su mensaje. 

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