El Festival Castell de Peralada (Girona) abrirá el próximo jueves --y repetirá el viernes-- con la compañía suiza Béjart Ballet Lausanne, con un "repaso panorámico" a la obra del bailarín y coreógrafo Maurice Béjart diez años después de su muerte, de la mano del director artístico de la compañía, Gil Roman, que ha avisado de que tendrá un enfoque muy festivo.
En rueda de prensa este viernes, Roman ha avanzado que conmemorará en Peralada el 30 aniversario del traslado de su compañía a Lausanne y el 10 aniversario de la muerte del bailarín con un programa de dos partes muy diferenciadas: una con una obra de nueva creación de Roman y otra con ballets de Béjart.
Abrirá con su nueva 't'M et variations...' en la que maestro y discípulo se reencuentran en "una especie de diario", que son unas cartas enviadas por Maurice a Gil: "La coreografía es la respuesta a las cartas que él me mandó en vida y que yo no respondí nunca".
Estas cartas, personales y sobre las que no ha comentado el contenido, le han servido de motor para crear esta pieza: "Maurice me escribía casi cada día", ha dicho Roman que, pese a haber sufrido un incendio en su casa y haber perdido gran parte de éstas, conserva numerosas cartas que consulta cuando está triste para que le ayuden a animarse.
COREOGRAFÍA COMO ESCRITURA
Ha dicho que su respuesta llega en forma de danza, en una coreografía que "es como una escritura", y que además tendrá músicos sobre el escenario para dialogar con los bailarines, ya que su propuesta quiere ser muy viva y juguetona, de modo que usará instrumentos jazzísticos y también de música africana.
En la segunda parte, titulada 'Béjart fête Maurice', la compañía rendirá homenaje al maestro a través de un ballet integrado por extractos de sus coreografías más íntimas, reflejando los temas "protagonistas" de la obra de Béjart.
Con esta segunda parte, el coreógrafo responderá a la pregunta que le plantean a menudo sobre qué es la herencia de Béjart: "Hablo mucho con el cuerpo", ya que no habrá fotografías de éste y la puesta en escena será muy sencilla.
"Quería un ballet como algo muy simple y sencillo, con nada anecdótico", ha dicho Romain, que tendrá vestidos diseñados para no parecer vestidos y una iluminación que tampoco se note, de manera que el espectador no se distraiga con nada exterior y preste atención a la danza.
Roman ha explicado que cuando trabaja coreografías de Maurice no interviene en ellas: "Las limpio y les saco la escoria del tiempo pasado", ha relatado el coreógrafo, que ha comparado que es como si se cogiera un texto de Molière y se interpretara ahora.
"IDEAS" DE MAURICE
"Todo lo que hago se basa en las ideas de Maurice", ha añadido Roman, que ha destacado que si al principio éste quería que sus ballets murieran con él, la presión popular consiguió que no fuera así.
Ahora, Roman usa su obra para inventar nuevas piezas: "Todo esto es muy en la línea de lo que habíamos hablado. Las ganas de crear siguen siendo las mismas, y estamos creando según lo que habíamos hablado con Maurice".
A su juicio, el coreógrafo "no hubiera querido nunca que la compañía la liderara un repetidor, sino un creador", que tomara con respeto su legado y que inspirándose en éste lo cuestionara, ha señalado.
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