David Delfín: "Me he esforzado por hacer cosas nuevas"

Madrid, 1 de septiembre.- Con las ideas muy claras, David Delfín, que celebra su décimo aniversario sobre la pasarela madrileña, ha pertrechado una colección en la que juega con la ilusión óptica de prendas que aparecen superpuestas y la mezcla de tejidos.

"Me he esforzado por hacer cosas nuevas", ha asegurado hoy a EFEstilo David Delfín.

El modisto mira al presente, pero también "a todo lo que está por venir", con una revisión a su carrera desde aquella primera colección "Corte de los milagros", en la que las modelos lucían soga al cuello. Hoy, ante las adversidades económicas, el diseñador malagueño cree que sigue "con una soga al cuello, aunque ahora no es visible".

Bautizada como "Nowadays", la colección presentada ha servido a Delfín para demostrar que es un modisto consolidado, con talento. Tiene muy claro lo que es una colección y lo ha demostrado esta mañana en la segunda jornada de Madrid Fashion Week.

Sobre la pasarela se han visto trajes de hombre que aparentan chaqueta y pantalón, pero que son monos de una sola pieza, inspirados en el modelo de cazadora "Biker"; vestidos que parecen varias prendas superpuestas, pero que están hechos con un solo patrón; y por primera vez, un estampado, que el mismo ha diseñado.

El "enfant terrible" de la moda española se ha inspirado para este tejido en el dibujo del suelo de los ochenta resistente, que define como "tutti-frutti", y combina con piezas de Swarosky.

Con este tejido ha confeccionado el "vestido joya" de la colección, una prenda con largo por encima de la rodilla, que llevaba cosidos a mano más de 900 cristales.

En su propuesta, dominada por el gris, el binomio azul marino y blanco y los tono magenta, han tenido especial presencia con los diseños de bolsos firmados por Pelayo Díaz, tacones de infarto de Laboutin y botas Dr Martins, que ha pintado como si fueran zapatos con calcetines.

Delfín ha querido con su colección de hoy superar las críticas de hace diez años, haciendo suyas las palabras de Woody Allen: "tragedia más tiempo igual a comedia", la fórmula escogida ha sido un cortometraje que se ríe de la España más cañí, protagonizado por su eterna musa, Bimba Bosé y con la colaboración de Alaska y Mario Vaquerizo como propietarios de una gasolinera, y Rosi de Palma como agente de la Guardia Civil.