David DeMaría: "Conocí los umbrales del infierno, después busqué la salida"

  • David DeMaría pone voz a la inquietud de su alma con su último trabajo discográfico, "Otras vidas", que sale a la venta hoy, tras cuatro años de espera, en un momento de su vida que reconoce como el de su "resurrección tras haber tocado fondo".

Andrea Rullán

Madrid, 3 sep.- David DeMaría pone voz a la inquietud de su alma con su último trabajo discográfico, "Otras vidas", que sale a la venta hoy, tras cuatro años de espera, en un momento de su vida que reconoce como el de su "resurrección tras haber tocado fondo".

"He andando en ambientes nocivos para la salud, conocí los umbrales del propio infierno pero después solo queda rebotar hacia arriba y buscar otra salida", ha confesado hoy el compositor en una entrevista con Efe.

DeMaría (Jerez de la Frontera, Cádiz, 1976) se muestra más sincero que nunca con esta nueva entrega artística, en la que cuenta sus vivencias más personales acompañadas de acordes.

El gaditano ha sido testigo de una explosión vitalista que le ha permitido renacer de sus cenizas. Un proceso que cuenta con este nuevo álbum completo que ha definido como "una macedonia sonora en la que se fusionan tres vertientes".

El compositor consigue con "Otras vidas" que su voz lírica, siempre amante de baladas más pasionales, se entremezcle con sus raíces más flamencas junto con un ritmo "pop-rock", fruto del trabajo con productores alternativos de grupos independientes como Vetusta Morla.

"Estos tres estilos están acentuados con crudeza, sin artificios barrocos de los que sí estaban recargados otros discos", ha destacado el músico, que confiesa sentirse incapaz de coger una guitarra si no es para crear.

Composiciones con un marcado mensaje de superación y de emprender un camino siempre hacia delante, por mucho que castigue la vida, predominan en este álbum íntimo en el que se escapa alguna que otra palma sincera.

"Hay canciones en las que me desnudo totalmente" ha contado DeMaría, quien ha confesado que escribió el disco cuando atravesaba un momento complicado de su vida en el que el propio compositor ha afirmado que tocó fondo.

El desamor, la separación romántica y la incertidumbre hacia un futuro desolado son los temas principales a los que canta el compositor.

"En una vida de paz y sosiego solo podría componer canciones para Los Lunnis. Es en la inestabilidad cuando, desgraciadamente, encuentras un motivo para escribir", ha continuado.

DeMaría acaba de concluir su gira "Posdata", con la que puso voz a diez de las composiciones que ha escrito a lo largo de su carrera para otros artistas como Alejandro Sanz, Malú o David Bisbal y que ha sido muy bien acogida por sus seguidores.

"He disfrutado más este proyecto en directo pero no lo volvería a hacer jamás", ha señalado drásticamente el cantante que reconoce que los dos años de gira le han servido como "una cura de humildad" para salvar sus "egos".

El cariño del público es notorio y le ha permitido mantenerse durante 15 años acompañado de su guitarra surcando los escenarios. Sin embargo, el artista jerezano ha confesado que en un momento de su carrera se sintió marioneta de las productoras.

"Vivimos en una sociedad materialista y yo tengo una cara muy comercial que ha perjudicado mi credibilidad como músico", ha destacado el cantante que reconoce haber madurado como letrista.

De este modo, DeMaría regresa con un sonido renovado, auténtica expresión de sus emociones más profundas que, sin embargo, no abandona las baladas ni el sonido flamenco de la guitarra española que avivan el tono amargo de alguna de sus letras más íntimas.

La influencia de sus raíces está presente en canciones como "Al sur de mis noches" o "No queda nadie" que imponen el tono andaluz, la rumba de cajón y el punteo con "una rítmica de batería que no metería nunca a sus arreglos un artista flamenco."

Seis meses de encierro en el estudio sirvieron a DeMaría para conformar "un esqueleto de maquetas" de las trece canciones. Unas composiciones que se han forjado entre Madrid y Cádiz con dos estilos muy diferentes, entre el Atlántico y la ciudad, que han dotado a su séptimo disco de un "carácter muy especial".

Prueba de ello es la composición exclusivamente musical que pone la guinda a "Otras vidas". Una canción "para hacer el amor" que cierra un trabajo discográfico melódico, romántico y fiel a los sentimientos de un alma que bordeó el abismo y que, en noviembre, volverá a brillar sobre los escenarios.

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