Los ministros de Cultura de Pedro Sánchez 'pasan' del Deporte, paradójicamente lo único que parece capaz de unir al país durante 90 minutos y una de las bazas de la marca España con Nadal, el Real Madrid, Gasol o Alonso de abanderados mundiales. Según la consultora KPMG, la población española considera que el deporte es el segundo concepto que más influye en la marca España por detrás del turismo y seguido de la gastronomía y la cultura.
Si Maxim Huerta, el breve ministro de Pedro Sánchez, reconocía en las redes que odiaba el deporte y llegó y se despidió sin ni siquiera mencionarlo, José Guirao, el nuevo fichaje, aplaudido por el mundo de la cultura en general, es un experto en gestión cultural con una amplia trayectoria en el mundo de los museos o las artes escénicas. De deporte, poco. Aunque, aprendida la lección, en sus primeras declaraciones ha dejado claro que "si algo hay que agradecerles a los deportistas es la forma en la que nos unen y ha destacado que es una forma sanísima de convivencia entre la gente joven y de mantenimiento de la salud".
Parece que es bastante más, también en ámbitos económicos. En los presupuestos para 2018, la partida destinada a Educación, Cultura y Deporte es de 3.048 millones, de los cuales 838 están destinados a Cultura, una subida del 4,4%, mientras que los presupuestos para 2018 del Barcelona (897), Real Madrid (690'3) y Atlético de Madrid (347.2) suman 1.934 millones.
¿Es razonable aunar ambos ministerios? Tal vez ese sea el primer problema, aunque en el trasfondo subyace esa idea de la cultura como algo alejado del deporte, de ese elitismo trasnochado. Otros dardos apuntan a que la elección de Huerta mostraba que la izquierda, siempre vista como defensora de la Cultura en detrimento de una derecha que le volvía la espalda, la usaba una vez más, y sin pudor alguno, como herramienta de marketing. Total, en el imaginario colectivo esa 'guerra' la tiene ganada.
Los datos y la realidad demuestran que tanto la cultura como el deporte, si se analizan de forma separada, son fuente de riqueza, empleo y conocimiento. Autores como Pasolini, Bolaño, Javier Marías, Albet Camus, Nabokov, Sartre, Borges, Galeano, Savater, Cela o Alberti dejaron constancia del deporte en su arte. Algunos de ellos apasionados del fútbol, pero no faltaban el boxeo, las carreras de caballos, la esgrima...
También puede sorprender que entre los diez museos más visitados de España se encuentren el del Futbol Club Barcelona y el del Real Madrid. Sí. El Reina Sofía lidera las visitas en 2017 con 3.880.812, pero en el 'top ten' están los de los dos equipos de fútbol con 1.300.000 visitas el catalán y 1.200.000 el madrileño, un dato que se justifica por el mayor impacto turístico de Barcelona. Ambos están, por ejemplo, por encima de los visitantes del Museo Picasso y del Thyssen, por ejemplo.
El deporte no es solo fútbol. El empleo vinculado a este sector ascendió en 2017 a más de 203.000 personas y contabiliza 34.203 empresas, según datos oficiales. En este número se incluyen trabajos y pymes vinculados a la gestión de instalaciones, las actividades de los clubs y gimnasios, la fabricación de artículos de deporte, así como las ocupaciones de deportistas, entrenadores o instructores deportivos). El punto negativo, que el 42,5% de estas pymes no cuenta con asalariados. El positivo, que el grueso del empleo (52.2%) ocupa a menores de 34 años, y de ellos el 53,1% poseen titulación superior. Otro sector en el que el deporte deja su huella es el turismo. La entrada de turistas internacionales que son realizadas con este fin ascendió a 1,3 millones en 2017. Y también repercute en el consumo. El gasto en bienes y servicios deportivos en 2016 en España fue de 4.924 millones de euros.
No extraña, que el alto Comisionado para la Marca España, Carlos Espinosa de los Monteros, siempre haya defendido que "la inversión más rentable y más sana, a la que más merece la pena asociar una empresa, es a la inversión en el patrocinio deportivo".
En el caso de la Cultura hablamos de una ocupación de 544.700 personas. Una cifra que contempla tanto a personas dedicadas a actividades de edición, de bibliotecas, archivos, museos, actividades cinematográficas, de vídeo, de radio y televisión, o las artísticas y de espectáculos entre otras. Sin olvidar a escritores, artistas, archivistas, bibliotecarios....
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