La "delicadeza" de la fotografía de Sarah Moon recala en Patio Herreriano con una mirada "fija en las mujeres"

  • La "delicadeza" que presentan las imágenes de la "mítica" fotógrafa Sarah Moon ha recalado este jueves en el Museo Patio Herreriano de Valladolid en una exposición titulada 'Now and Then', que podrá visitarse hasta el 5 de noviembre de forma gratuita.
La "delicadeza" de la fotografía de Sarah Moon recala en Patio Herreriano con una mirada "fija en las mujeres"
La "delicadeza" de la fotografía de Sarah Moon recala en Patio Herreriano con una mirada "fija en las mujeres"
EUROPA PRESS
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Esta exposición es la primera muestra individual que un museo español dedica a la fotógrafa francesa, que trabaja tanto con imagen fija o en movimiento y dedica la misma atención al encuadre y a la luz, a la secuencia y a la música, la misma que presta a la "ternura de las cosas", según ha informado el Museo en un comunicado recogido por Europa Press.

Llenas de "simbolismos y alegorías sutiles", las "enigmáticas" fotografías de Sarah Moon resumen un tipo de percepción de lo femenino que va más allá de la simple belleza y lo transforma en un "vehículo poderoso" para analizar cierta "alegoría estética". Para la fotógrafa, lo bello y lo sutil elaboran un mensaje mucho "más poderoso y complejo" que la simple capacidad sensorial para cautivar. No se apreciará afectación ni indulgencia en la mirada que fija en las mujeres.

Sarah Moon comenzó en el mundo de la fotografía con un trabajo de modelo, etapa en la que la fotografiaron profesionales como Helmut Newton, Irving Penn o Guy Bourdin, lo que le permitió conocer de primera mano las relaciones entre la fotografía y la capacidad de la imagen para expresar ideas estéticas.

Desde principios de los años 70, Moon se dedica a la fotografía comercial y a la investigación de este género mediante el trabajo con objetos, luces, seres vivos o el mundo de los sueños, entre otras cosas, y a través de fotografías en las que lo raro y lo inusual "enfrentan" la realidad ordinaria.

Más de cuarenta años de hacer imágenes han hecho de Sarah Moon una "leyenda" viva. Conocida por su trabajo comercial "muy personalizado" desde principios de los años 70, Sarah ha seguido investigando un mundo de su propia invención "sin repetición" y también "sin compromiso".

La tendencia actual en la fotografía es hacia un método cada vez más intervencionista, sin embargo, Moon tiene poco "placer" en este tipo de creación. El mundo de los sueños es la quintaesencia de su trabajo, pues sus imágenes trasladan al público a un mundo "embrujado", fotografías en las que lo "raro" y lo "inusual" enfrentan la realidad ordinaria.

SARAH MOON

Nacida en 1941 el seno de una familia judía en Francia que, debido a la guerra, tuvo que huir y asentarse en Inglaterra, Marielle Hadengue --su verdadero nombre-- primero, estudió dibujo y de 1960 a 1966 ejerció la profesión de modelo hasta que en 1970 empezó a sacar fotos.

Se hizo famosa con su campaña publicitaria para Cacharel. Dada su experiencia como modelo, su trabajo en moda supo mostrar a las mujeres desde un ángulo siempre "particular". Las miradas y las actitudes que capturó dejan ver cierta "complicidad" que la distingue de los fotógrafos hombres de la época.

Actualmente reside en Francia, y ha desarrollado su carrera profesional en diversos países del mundo. Su nombre se ha vinculado con las grandes publicaciones del mundo de la moda, siendo una habitual de Vogue en muchas de sus ediciones internacionales.

Una parte importante del estilo de Sarah Moon ha sido el uso continuo de películas Polaroid, y el tratamiento personal de los positivos para obtener un tipo de fotografías que tuviesen un aspecto de haber pertenecido a tiempos pasados.

Todas estas variables han configurado la estética de la fotógrafa Sarah Moon tanto en su trabajo comercial como en su obra. La metáfora, el misterio, el surrealismo, los sueños, y un determinado tipo de mujer, forman el universo de Sarah Moon, características que se repiten constantemente en su obra.

DE LA FOTOGRAFÍA DE MODA AL MISTERIO

Moon empezó a hacer fotos de manera casual cuando alguien le prestó una cámara y mientras esperaban entre sesiones de fotos, montaba la suya propia tomando retratos de sus amigos, que también eran modelos. En poco tiempo, estaba creando imágenes llenas de nostalgia para la firma Biba y, después para Cacharel. Más adelante llegarían Chanel, Dior, Comme des Garçons y Sonia Rykiel.

Aunque sus primeras fotos están influidas por Guy Bourdin, el tono de Moon ha girado hacia la estética del expresionismo alemán, el cine de los años treinta y el trabajo de artistas plásticos como Delacroix. En la temática de sus obras hay referencias constantes a la memoria, la muerte, la infancia, la feminidad y la soledad.

Sus imágenes resultan inquietantes e inspiran misterio, parecen sacadas de un álbum viejo. Sin embargo, no son tan antiguas, ya que sus imágenes estaban estropeadas, rayadas o ennegrecidas como recurso. En el laboratorio utilizaba técnicas manipulativas de la imagen, como la solarización o el virado al sepia, además de realizar fotos en Polaroid, crea imágenes con una atmósfera retro pero donde al leer la imagen, a veces puede generar en el espectador cierto desasosiego o transporte a tiempos inmemoriales.

Cuando habla de su trabajo, confiesa que no le gusta el retoque, que la belleza no lo necesita. Pero no sólo se fija en el rostro, igual de importante puede ser la curva de un cuello, el balance de las caderas, el gesto de una mano. Sarah Moon no es únicamente fotografía de moda, sino que refleja una visión.

Moon se casó con el visionario editor y comisario de exposiciones francés Robert Delpire y desde 1985 se ha concentrado en su galería y sus exposiciones. También ha experimentado con el cine, rodando varios cortos y documentales, incluso se ha atrevido con un video pop de Khaled's Aïcha, llegando a ganar el Infinity Award del International Center of Photography en 1985.

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