Dennis Lehane no quiere ser recordado como un escritor político

  • El escritor estadounidense Dennis Lehane, autor de novelas llevadas con éxito al cine como "Mystic river" por Clint Eastwood y "Shutter island" por Martin Scorsese, desearía ser recordado como "un escritor y no como un escritor político", a pesar de que sus obras estén cargadas de denuncia social.

Gijón, 28 jul.- El escritor estadounidense Dennis Lehane, autor de novelas llevadas con éxito al cine como "Mystic river" por Clint Eastwood y "Shutter island" por Martin Scorsese, desearía ser recordado como "un escritor y no como un escritor político", a pesar de que sus obras estén cargadas de denuncia social.

Lehane es un narrador prolífico, que cultiva el género "más negro" de la literatura criminal imbuido por su pertenencia a Boston, donde sus habitantes son "los más raros de todo el mundo" y por una realidad social injusta que le "come las entrañas".

Para este norteamericano de raíces irlandesas, todos los conflictos parten de un mismo problema, "la lucha entre los que tienen y los que no tienen", aunque su desarrollo y posibles soluciones tienen siempre muchos matices complejos.

"No escribo contra un gobierno o una política partidista determinada, sino en contra de la represión que ahoga la libertad y también para huir de la excesiva simplificación que se hace de los problemas", ha asegurado.

El autor de literatura policial más reconocido por su contribución al séptimo arte ha presentado hoy en la Semana Negra de Gijón "La última causa perdida", que ha publicado el año pasado como continuación de "Desapareció en una noche".

El estilo directo de Lehane, como un golpe de puño en la mitad del rostro, es como una marca de la casa que ha quedado estampada en "Mystic river", "Shutter island", "Gone baby gone" -que también se hizo película de la mano de Casey Affleck y Morgan Freeman-, "Un trago antes de la guerra", "Cualquier otro día" y "Lo que es sagrado".

En "La última causa perdida" el narrador recupera de "Desapareció en una noche" los personajes, los lugares, los ambientes y también la narrativa, la intriga asfixiante.

Lehane ha conseguido hacer lo que pocos escritores han podido, contar una historia dramática desde el punto de vista de la víctima, y volverla a contar sin que el personaje perdiera credibilidad.

La niña que desapareció en una noche es ahora una adolescente que intenta recuperar su vida, aunque los miedos y los fantasmas de su pasado le tienden algunas trampas.

El escritor ha hablado de su relación con el maltrato infantil, que no ha sufrido en carne propia, pero que conoce por haberlo visto en niños de su entorno y por haber trabajado como monitor en un centro de acogida infantil.

La pederastia no es un patrimonio exclusivo de la Iglesia católica, pero le "subleva" que algunos pederastas "se protejan detrás de sus sotanas", ha afirmado Lehane en la rueda de prensa que ha ofrecido en Gijón.

"Me molestan algunas cosas sobre este tema, como la posición de la Iglesia católica que ha llegado incluso a hacer obstrucción de la Justicia", ha indicado.

Sobre la influencia que tienen los escritores escandinavos en el género negro actual, ha dicho que no sabe "lo que beben".

"Pero por favor que no dejen de beberlo por el bien de la literatura", ha añadido.

Mostrar comentarios