La aparición en los títulos de crédito de los nombres del actor Denzel Washington y el realizador Tony Scott sólo puede significar que nos encontramos ante un thriller. "Imparable", su nuevo trabajo conjunto, no resulta una excepción: es una cinta de acción donde un par de empleados de una empresa ferroviaria tiene que impedir que un tren sin control y cargado con productos peligrosos choque contra una población.
Historia de una colaboración
El intérprete estadounidense y el realizador británico coincidieron por primera vez en "Marea roja", una película donde los dos responsables de un submarino nuclear, Washington y un espléndido Gene Hackman, se enfrentaban por el control de la nave mientras sufrían la amenaza de un nacionalista ruso que quería comenzar una nueva guerra mundial. En su siguiente trabajo conjunto, "El fuego de la venganza", el actor afroamericano se ponía en la piel de un ex-marine que ejercía de guardaespaldas de una niña pequeña.
Los dos siguientes encuentros con el cineasta, también thrillers, convirtieron al actor en agente de la ley en una trama casi de ciencia-ficción ("Déjà vu") y en controlador del metro de Nueva York en el remake de un clásico de los setenta ("Asalto al tren Pelham 123").
Héroes por accidente
En "Imparable", su última colaboración con Scott, Washington encarna a un mecánico viudo y con dos hijas al que están a punto de despedir.
El veterano ferroviario tiene como compañero a un joven conductor de trenes, encarnado por un sobrio Chris Pine, que no pasa por su mejor momento. Además de enfrentarse a un primer día de trabajo que se convertirá en un verdadero infierno, su matrimonio se encuentra en crisis.
En un primer momento, ambos se enfrentarán, aunque pronto unirán fuerzas para evitar que un tren fuera de control y cargado con sustancias peligrosas termine provocando un desastre ecológico.
Entre la acción y la buddy movie
Tony Scott combina con habilidad las típicas escenas de acción más o menos increíbles con una historia humana que está a medio camino entre la película de colegas, un subgénero que vive un pequeño auge gracias a títulos como "Salidos de cuentas" y "Los otros dos", y una road movie sobre raíles.
El hermano pequeño de Ridley Scott filma todo con su particular gusto por un efectismo donde la cámara no se para en casi ningún momento y los planos parecen durar lo mínimo posible. Un estilo adrenalítico al que ayuda la repetitiva música de Harry Gregson-Williams, compositor habitual de los thrillers realizados por el director de "Top Gun".
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