El detalle con el que Meghan se saltó el protocolo en la gala de la moda británica

  • La duquesa de Sussex acudió para entregar el premio a la mejor diseñadora del año a la directora creativa de Givenchy.
Meghan, duquesa de Sussex, pronuncia su discurso durante la ceremonia de entrega de los premios de la Australian Geographic Society de Sídney. EFE
Meghan, duquesa de Sussex, pronuncia su discurso durante la ceremonia de entrega de los premios de la Australian Geographic Society de Sídney. EFE

Meghan Markle está en el ojo del huracán. Después de enamorar a medio mundo en su boda con el Príncipe Harry, la duquesa de Sussex se ha convertido en objeto de críticas por su supuesta mala relación con su cuñada, Kate Middleton. Además, varios de sus asistentes en Buckingham le han abandonado por sus posibles malas formas con ellos, lo que unido a lo anterior le está granjeando las primeras críticas desde que pasase a formar parte de la familia real británica.

Si bien Meghan parece no estar haciendo oídos a todos esos comentarios y el pasado lunes por la noche acudió por sorpresa a la cita más importante de la moda británica. La duquesa fue la gran sensación de los 'British Fashion Awards', los premios más importantes de la industria en este país, que galardonan a las figuras más destacadas del año. Allí estaban los Beckham, David y Victoria -que estaba nominada a mejor diseñadora del año-, modelos como Kate Moss o Kendall Jenner e incluso nuestra Penélope Cruz, como embajadora de Chanel.

Si bien la gran protagonista fue Meghan, que estaba impresionante con un vestido negro de escote asimétrico con los hombros al descubierto. Un diseño que realzaba su embarazo y que combinó con un moño bajo y unos sencillos pendientes dorados. La creación era de su diseñadora de cabecera, Clare Waight Keller, la directora creativa de Givenchy, la misma persona que confeccionó su vestido de novia.

Precisamente, Meghan estaba allí para darle el premio a la mejor diseñadora británica del año, algo que la creadora le agradeció enormemente, al igual que haberle elegido para hacer el vestido más especial de su vida. Y aunque el look de Meghan en la gala era espectacular y no se le podía poner pero alguno, hubo un detalle que, de nuevo, ha vuelto a escocer a los británicos, tan puristas en cuestiones de protocolo.

Porque la duquesa se saltó las normas internas de la familia real un detalle que llamó mucho la atención: sus uñas. Para ir a juego con el estilismo, Meghan se pintó las uñas de color negro, algo que estaría prohibido para las mujeres Windsor. De hecho, se aconseja que lleven manicuras discretas, como la francesa o en colores 'nude' -color piel-. Pero Meghan decidió pasarlo por alto y resaltar sus manos con este color.

El negro es un color para las uñas muy elegante que muchas mujeres eligen para este tipo de eventos, pero para una 'royal' esto sería demasiado. De este modo, Meghan vuelve a saltarse el protocolo de la casa real, algo que ha hecho -con buenas intenciones- para mostrar su total apoyo al feminismo y a una ideología igualitaria. Si bien el terremoto Meghan ha llegado a la propia Isabel II, que también ha roto sus propias reglas a favor de la esposa de su nieto, ya que ha invitado a su madre, Doria Ragland, a pasar la Navidad con ellos, algo inédito hasta la fecha. Meghan suma y sigue.

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