Los detalles del parto de Meghan que muestran que se ha impuesto a Isabel II

  • El bebé de los duques de Sussex nació este lunes y su llegada supone un cambio de 180º a la monarquía británica.
Meghan Markle
Meghan Markle
Cordon Press

Por fin tenemos 'baby Sussex'. Una semana después de que Meghan Markle saliera de cuentas, el primer hijo de la actriz estadounidense y el príncipe Harry ya ha venido al mundo. En la madrugada de este lunes, el primer niño de la pareja nació con más de tres kilos de peso y muy buen estado de salud, tal y como aseguró el orgulloso papá a los medios en su comparecencia en Windsor, donde ha tenido lugar el parto.

Porque sí, el niño ha nacido en su casa, que era el deseo de Meghan para proteger su privacidad y la de su bebé. Y para ello, la protagonista de la serie 'Suits' acabó con la tradición de las damas de la monarquía británica de dar a luz en el hospital St. Mary, con posado incluido en la puerta del centro cuando les daban el alta. Meghan no quería hacer lo mismo que su cuñada Kate Middleton ha hecho tres veces antes, por lo que ha tenido a su hijo en su recién estrenada residencia, Frogmore Cottage.

Los detalles de este parto demuestran que, muy a su pesar según la prensa británica, Isabel II ha tenido que ceder a los deseos de la duquesa de Sussex y plegarse a lo que ella ha querido. Primero, que su bebé nazca en su casa -algo que ya hizo la propia Reina con sus hijos-, nada de hospitales mediáticos con cientos de fotógrafos al acecho de cualquier movimiento.

Segundo, con los médicos de su confianza. No ha trascendido cuántos expertos le han asistido en el parto, pero lo que sí se sabe es que no son los que habitualmente han atendido a las mujeres Windsor cuando daban a luz, tal y como ella quiso. De hecho, se llegó a especular con que quería que hubiese el mínimo de doctores posible, pues quería un parto de lo más natural posible, dado que ella sigue una alimentación y una filosofía de vida vegana.

Y, tercero, con su madre presente. Doria Ragland lleva varias semanas con su hija y su yerno residiendo en Frogmore Cottage para acompañar a Meghan en el parto y ayudarle con el niño durante las primeras semanas. Para la actriz esto era imprescindible, por lo que ella ha sido quien ha tenido el privilegio de ver antes al pequeño, incluso que la familia real. Ahora, es posible que Doria se quede una buena temporada residiendo en Reino Unido, incluso de forma permanente si es que los Sussex deciden quedarse allí y no se marchan antes, como se viene rumoreando en las islas británicas.

Un anuncio independiente

El bebé de Harry y Meghan vino al mundo en la madrugada del lunes, a las 5.26 de la mañana, pero no fue hasta pasadas las tres de la tarde cuando la familia real lo ha comunicado a través del Palacio de Buckingham. Pero no diciendo que el niño había nacido, sino que la duquesa estaba de parto. Si bien, a los pocos minutos los duques de Sussex desde su cuenta de Instagram informaron de que el bebé ya había llegado. Anteponiéndose así a la Reina Isabel.

Por ello, diez minutos después Buckingham tuvo que hacer lo mismo por redes sociales, saltándose el protocolo del comunicado oficial que tarda más tiempo en elaborarse, puesto que la noticia ya estaba en la calle. Al poco tiempo, el príncipe Harry hacía las declaraciones a los medios en la puerta de su casa, confirmando que todavía no han decidido el nombre del pequeño, que probablemente conozcamos en pocos días.

De esta manera, Meghan demuestra cómo sigue sus propio camino al margen de la familia real, algo que la Reina ha intentado evitar a toda costa, haciendo que toda su oficina esté bajo su control. Pero esta vez no ha podido evitar que la actriz se haya adelantado con la noticia, pues como ya se sabía, conoceríamos los detalles del nacimiento cuando la pareja quisiera. Para eso se independizaron de los duques de Cambridge, William y Kate, para proceder y trabajar a su manera. Le pese a quien le pese en Londres.

¿Una vida lejos de Reino Unido?

La llegada de 'baby Sussex' supone un cambio evidente en la monarquía británica. Es la primera vez que una mujer procedente de Hollywood tiene un descendiente real, que ocupará la séptima posición en la línea de sucesión al trono, por detrás de su padre y desplazando a la octava a su tío el duque de York. Además de que será el primer miembro de la familia mestizo, pues su abuela es afroamericana.

Por otro lado, su crianza estará totalmente supervisada por su madre, que parece ser que querría unas 'nannys' de su propio país, Estados Unidos, con menor incidencia de las británicas. Si bien esto no sería nada nuevo, porque la de los duques de Cambridge es española. Pero es evidente que Meghan quiere que su hijo aprenda una cultura como la suya, más abierta y liberal que la británica. Según los medios ingleses, a esta posible 'nanny' le podrían pagar un salario superior a 70.000 libras al año (más de 80.000 euros).

No obstante, el futuro del pequeño podría estar muy lejos de donde ha nacido. Porque si lo que se ha publicado es cierto, Meghan y Harry partirán el año que viene a pasar unos años fuera de Inglaterra. El destino podría ser África, el cual les gusta mucho a ambos y sería perfecto para Harry y su trabajo como embajador de la Commonwealth, e incluso Estados Unidos.

Este fin de semana, 'Daily Express' publicaba que el deseo de Meghan es mudarse a Los Ángeles, ciudad en la que residía antes de su relación con el príncipe y que le encanta. De hecho, fuentes del periódico aseguran que está buscando casa allí. Por lo tanto, es más que posible que dentro de un año los Sussex partan a un destino alejado de la familia real y de la incesante prensa inglesa. Algo que desde Buckingham no descartan y que sería el total triunfo de Meghan sobre las tradiciones y reglas de Isabel II.

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