Dwayne The Rock Johnson: "Fui un adolescente violento"

  • Entrevistamos a Dwayne The Rock Johnson, actor de 1,93 metros y 120 kilos que en las distancias cortas nada tiene que ver con el rudo pesonaje al que siempre da vida en la pequeña pantalla.
Tráiler 'Sed de venganza'
Tráiler 'Sed de venganza'
lainformacion.com
Roberto Arnaz / Los Ángeles

Cuando uno tiene enfrente a un gigante de 1,93 metros y casi 120 kilogramos de puro músculo le entran unas terribles ganas de echar a correr. Si además está encerrado en una habitación de hotel y el tipo tiene fama de matón, un pasado oscuro y es un luchador experto, mejor empezar a rezar. Sin embargo, en las distancias cortas el actor Dwayne Johnson es todo lo contrario al mito que le acompaña desde sus tiempos como campeón de lucha libre. Johnson es sencillo, próximo, e incluso algo tímido. No le importa recordar su turbulenta adolescencia ni el camino de redención en el que se convirtió su propia vida hasta llegar a ser en una estrellas más queridas de Hollywood. Tras dos años alejado del cine de acción, La Roca vuelve determinado a reclamar el trono como sucesor de leyendas como Stallone o Schwarzenegger con Sed de Venganza (Faster), un western moderno de alto octanaje lleno de coches, disparos y hombres de pocas palabras siempre dispuestos a apretar el gatillo.

Después de una larga temporada entre la comedia y las películas familiares vuelves a la acción. ¿A qué se debe el cambio?

He tratado de probar con distintos registros, no quiero que el público me recuerde como un actor que sólo hacía películas de acción. Sin variedad es imposible crecer y mejorar como intérprete, aunque ha sido genial volver a la acción. Cuando leí el guión me encantó, trata sobre un hombre con el que me identifico, en el que quería convertirme y dar vida en la gran pantalla.

¿Qué tienes en común con Driver?

Ambos tenemos una naturaleza salvaje. Además, también soy muy protector con los míos, con mi familia. Si alguien les dañase, haría todo lo que estuviera en mi mano para hacérselo pagar. Como actor, me atrajo el reto de interpretar a un personaje que hablando muy pocas palabras es capaz de transmitir tensión y emociones.

Así que, crees en el "ojo por ojo, y diente por diente".

Durante gran parte de mi vida creí en la venganza. Cuando era más joven solía reaccionar de manera impulsiva y física. Con el tiempo he aprendido que es una elección equivocada y que en muchas ocasiones conlleva pagar un precio muy alto.

¿Hay algo de lo que te arrepientas?

Cuando actúas sin razonar, y de manera física, acabas por dañar a la gente que amas. Cuando vivía en Hawaii era un adolescente violento que no hacía más que meterse en peleas. Tome malas decisiones que afectaron a mi familia, pero ellos me han perdonado. Hay mucho más poder en el perdón que en la violencia.

Tus palabras parecen las de un predicador, ¿eres religioso?

Digamos que tengo una gran relación con el Señor. Trato de ir a la iglesia siempre que puedo.

Y la espiritualidad te ayudó a cambiar de vida

Eso y que, cuando tenía 13 años, mi familia tuvo un grave problema económico. Traté de centrarme en cómo podría contribuir a mejorar esa situación. Decidí hacerme atleta, así que me apunté al gimnasio y me puse a entrenar sin descanso.


¿Ya entonces soñabas con convertirte en un héroe de acción?

Crecí con las aventuras de Indiana Jones, era mi favorito. Luego vino Rocky y las películas de Schwarzenegger. Alucinaba con ellos, siempre le decía a mi madre: estos tíos si que saben como encargarse de las cosas. Todos fueron una gran inspiración.

Antes de llegar al cine fuiste una estrella de la lucha libre, ¿echas de menos el ring?

No echo de menos el aspecto físico, pero sí la interacción con los fans. La lucha libre fue una gran plataforma de aprendizaje. Allí descubrí cómo trabajar con varias cámaras situadas en lugares distintos, delante de una media de 20.000 personas y en directo. No hay mejor escuela.

Y, ¿cómo uno de los tipos más duros de Hollywood se convierte en el héroe de los niños?
Siempre he disfrutado mucho haciendo películas familiares y creo que es un nicho muy importante en la industria del cine. Además, cuando se hacen bien, suelen tener un mensaje que los padres pueden enseñar a sus hijos. Mi hija de nueve años prefiere a Harry Potter, pero, aunque aún no ha visto mis películas de acción, sabe que su papi patea culos en la gran pantalla.

Además de la comedia, el cine familiar y la acción, ha hecho sus pinitos en una película de animación, Planet 51, hecha en España, ¿le gustó la experiencia?

Me lo pasé genial rodándola. Cuando me llegó el proyecto, me gustó e hice lo posible por participar y que saliera adelante. Hay veces que al público le gusta y otras no, es parte de este negocio en el que en ocasiones resulta difícil llegar a la audiencia. Las películas de animación son muy divertidas de hacer pero, si tengo que elegir, me quedo con la imagen real: no hay nada como ponerse delante de la cámara.

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