E.Schrott, un lírico "gitano" y mefistofélico encantado de "hacerse" español

  • Madrid.- Erwin Schrott nació en Montevideo hace 38 años, se dedica a la música desde los 22 y es el primer cantante lírico que accede a la nacionalidad española, solicitada por él porque este "gitano" mefistofélico, "fanático" del flamenco, se siente "en casa" en el que es el país de su familia materna.

E.Schrott, un lírico "gitano" y mefistofélico encantado de "hacerse" español
E.Schrott, un lírico "gitano" y mefistofélico encantado de "hacerse" español

Madrid.- Erwin Schrott nació en Montevideo hace 38 años, se dedica a la música desde los 22 y es el primer cantante lírico que accede a la nacionalidad española, solicitada por él porque este "gitano" mefistofélico, "fanático" del flamenco, se siente "en casa" en el que es el país de su familia materna.

El Consejo de Ministros concedió el 29 de octubre último a Schrott la nacionalidad española por carta de naturaleza, es decir la que se otorga discrecionalmente cuando en el interesado concurren circunstancias excepcionales y después de tramitar un expediente que en su caso fue avalado con las firmas, entre otros, del tenor Plácido Domingo y el arquitecto Santiago Calatrava.

No por ello dejará de ser uruguayo -en el caso de los naturales de países iberoamericanos no hay que renunciar a la nacionalidad de nacimiento- pero Erwin Esteban Schrott Baladon quiso ser parte de un país al que pertenecen sus "ancestros" por parte de madre -por parte de padre son alemanes-.

"Mi familia proviene de Tenerife y Galicia, por eso, y aunque he tenido 'propuestas' de otras dos ó tres nacionalidades, decidí que merecía la pena esperar por la española", detalla en una entrevista con Efe horas antes de presentar su nuevo disco, "Rojotango", y estrenar "L'elisir d'amore" en Valencia, donde ya ha jurado su nueva nacionalidad.

"Aquí me siento como en casa y este es el regalo más grande que me ha dado España en mi vida", subraya.

Para Schrott, que saltó a la fama en 1998 tras ganar el premio del público en Operalia, el concurso fundado por Plácido Domingo, es "un grandísimo honor""formar parte" de una patria "embebida en arte y alegría", con personajes como "Cervantes o Gaudí".

En su nuevo disco hace un homenaje a los sonidos de su biografía, con tangos de Piazzola o Ziegler, pero también con música brasileña o argentina, como el "Gracias a la vida", de Violeta Parra, o "Desde que o samba é samba", de Caetano Veloso porque, dice, "Sudamérica tiene alas gigantescas, como las de la Unión Europea".

"Este no es un paso hacia el 'crossover' -interpretar con voz operística temas que no son del género lírico-; es un paso hacia nuestra cultura, un homenaje a nuestras raíces y lo hago con la música que me acunaba", revela.

Con su voz "extraterrestre", como dice en "Rinasceró", de Piazzola, hace un delicada y a la vez rotunda lectura de "himnos" como "Gracias a la vida", a la que ha querido aportar "alegría, fiesta e ilusión, sin nostalgia".

"Ese es el mismo territorio -asegura- donde habita el flamenco", de ahí que haya incluido en ella "cajoncito y palmas".

"Ha quedado genial. Soy fanático del flamenco, lo siento como mío. No pretendo ser cantante jondo pero cuánto me gusta esa música... Camarón, El Barrio... Me hace flipar", relata haciendo ya alarde de español "cañí".

Es padre de una "princesa" de 13 años, a la que ve sólo "cuatro meses al año", y de otro de dos y medio, fruto de su matrimonio con la soprano rusa Anna Netrebko.

Su residencia oficial es Viena pero alguien que tiene contratos firmados hasta 2016, al igual que su mujer, pasa muy poco tiempo en casa.

"No tengo cantidad pero sí calidad. Hoy por hoy soy un gitano y mi casa son dos maletas y las manos para llamar a los que quiero. Donde ellos estén estará mi hogar", se apasiona.

El sábado estrena en el Palau de les Arts de Valencia la coproducción, con el Teatro Real, de "L'elisir d'amore" de Donizetti, que irá a Madrid en 2013, aunque "quizá"él "se deje caer" por allí antes con un recital.

"Si a uno no le quieren lo que hay que hacer es no volver", bromea sobre la arrebatada acogida que le dispensó el Real en su intervención en la gala del cumpleaños de Plácido Domingo.

Su voz de bajo-barítono, confía, es "un don" en continuo cambio. "Es como una mujer: hay que tratarla bien, tener muy claro que se dice y que no, cuidarla, mimarla y atender sus caprichos".

Está agregando "cosas" a su repertorio, pero manteniendo a Mozart, algunos Verdi y títulos como "Los Cuentos de Hoffman" y "Mefisto" porque, se carcajea desde las profundidades de su voz, él es "bastante mefistofélico".

Concha Barrigós.

Mostrar comentarios