La editora Teresa Cremisi ha debutado en la novela reivindicando "una sociedad más libre" y con ella, el recuerdo de generaciones que han quedado destruidas en el exilio en 'La triunfante' (Anagrama), de marcado carácter autobiográfico.
En sus páginas, narra la historia de una niña de padre italiano y madre con pasaporte inglés, que creció en la Alejandría cosmopolita de la posguerra, y en 1956, cuando ya era una adolescente, la crisis del canal de Suez en el Egipto de Nasser la arrancó de su paraíso: la familia tuvo que emigrar, el padre se arruinó y a la madre le costó mucho adaptarse a su nueva vida en Milán.
"El papel del exiliado, en el que me reconozco --yo era una exiliada de lujo-- hace que piense que no se puede avanzar explicando el pasado, sino que hay que forzarse a callar sobre el pasado y mirar al futuro", ha explicado la autora en rueda de prensa.
Preguntada por la visión como editora de su propia novela, ha dicho que si le hubiera llegado a sus manos habría hallado en ella una voz "fuerte y original", pero no habría estado segura de cómo clasificarla.
Sobre su lanzamiento a la escritura, Cremisi ha dicho que siempre se había jurado que no relataría nada personal, pero que fue "la tozudez" e insistencia de un editor bastante lejano a ella la responsable de que este libro viera la luz.
"Él conocía mi pasión por Oriente y sabía que coleccionaba fotos antiguas de Yemen y Arabia", ha explicado la autora, a la que el editor le pidió que seleccionara una veintena de estas imágenes y que les pusiera un texto personal sobre el paso del tiempo, lo que fue la génesis de esta novela.
No obstante, tras esta fachada se encuentra una reflexión sobre la libertad: "La razón por la que empecé la narración es porque entendí que mis padres reflejaban un mundo más libre", donde, por ejemplo, los amores se podían vivir con libertad, o cualquier día uno podía marcharse en un barco.
"Cuando la historia sacudió a aquellas personas les hizo cambiar. Tenían un estatus en una sociedad y de un momento a otro ya no eran nadie. Así es como acaban los deportados, exiliados y refugiados", ha dicho la escritora, que ha considerado esta novela una manera de rendir homenaje a la generación de sus padres y que quede un rastro de aquella época.
Aunque, según ha dicho, no son vedettes, sí son "dignos representantes de una sociedad más anarquista y más libre, con más libertad".
No obstante, la novela es un vacío sobre su carrera como editora, ya que este tema está, sorprendentemente para la prensa, ausente --según ha relatado--: "Sorprende a los periodistas en general que no haya dado espacio a este oficio que adoro".
"Ser editor es una de los trabajos más bonitos del mundo porque te permite vivir con las cosas del espíritu y del comercio", ha celebrado Cremisi, que ha asegurado tener la impresión de que si llevara esta pasión editorial a su novela, rompería todo el equilibrio.
En cambio, quería hacer un "relato de supervivencia", sobre la conquista de sueños y del mundo, tratando sobre la heroicidad, y las batallas cómicas del mundo editorial no encajaban en esta historia, aunque sí lo hagan en un relato futuro, si se tercia, ha dicho.
FEMINISMO
Otra de las lecturas que ha sorprendido a la autora es la que se ha hecho en Italia sobre el feminismo de sus páginas, extremo con el que no está de acuerdo, ya que no tuvo "la sensación" de estar escribiendo un libro feminista, solo de reivindicar el mundo con un cerebro de mujer.
"Si dices esto parece que reniegas de la hermandad de las mujeres, y si quieres compañía de hombres porque quieres aventuras distintas, parece que abandonas a las mujeres", ha expresado Cremisi, convencida de que no es feminista, sino que está interesada por la igualdad salarial y social entre ambos géneros.
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