Edurne protagoniza una de las bromas más surrealistas en la ‘Gala Inocente’

  • "Yo estoy flipando", asegura. Un mensajero del Tíbet sorprende a la cantante en una nueva edición del especial de TVE
Edurne protagoniza una de las bromas más surrealistas en la ‘Gala Inocente’
Edurne protagoniza una de las bromas más surrealistas en la ‘Gala Inocente’

Como cada año, este 28 de diciembre TVE emitía una nueva edición de la ‘Gala Inocente’, que se encarga de recaudar dinero para hacer más fácil la vida de los niños hospitalizados. Entre otros rostros conocidos como Antonio José o Juan y Medio, Edurne ha sido ‘víctima’ de una de las bromas que el programa había preparado para una fecha tan señalada. Todo empezaba por una acusación de plagio a la cantante. O eso pensaba ella.

Reunida para conocer los detalles de la demanda de plagio, Edurne recibía la noticia de que la acusación venía desde Asia, concretamente desde el Tíbet. “Estudiamos todas sus canciones y llegamos a la conclusión de que la profecía del Dalai se había cumplido”, comentaba la persona encarga de transmitirle la demanda. Sorprendida por la noticia, la cantante no daba crédito a lo que estaba escuchando.

“Vengo aquí porque me dicen que hay alguien que me acusa de plagio… Y me quedo muerta”, atinaba a expresar Edurne. Y la broma no acababa ahí. El enviado del Tíbet le daba un mensaje: “Usted es la gran mensajera sin saberlo”. Según le comentaba este hombre, sus canciones son un gran éxito en el país. “Con una sola canción suya hemos conseguido evolucionar la meditación lo que no se ha conseguido en siglos”, comentaba el tibetano.

La broma se ha apoyado en dos pruebas que han dejado sin palabras a Edurne. Primero, una mujer levitaba gracias a la conexión mental de la cantante con un monje y, más tarde, su concentración servía para romper una taza. “Yo estoy flipando”, comentaba. Tras esto, había llegado “el momento de conectarse con el gran Dalai”. Esta conexión se haría a través de la telepatía. De esta forma, Edurne lograba conectar con el gran Dalai, aunque, en realidad, había una voz que le transmitía los supuestos pensamientos de esta divinidad.

Una supuesta emergencia interrumpía el encuentro entre Edurne y el gran Dalai. “Ya están aquí los que quieren impedir que usted cumpla su misión. Quieren secuestrarla”, afirmaba el tibetano ante la cara de incredulidad de la cantante. Finalmente, el gran Dalai le desvelaba la verdad: “La profecía era cierta, usted es la gran inocente”. Con risas de nerviosismo, Edurne recibía un ramo de rosas entre aplausos. “He pasado un momento bastante surrealista, pero todo merece la pena por ayudar a los niños hospitalizados”.

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