Ana Mendoza.
Madrid, 18 sep.- Apasionado del microcuento, el argentino Eduardo Berti recupera ahora los microrrelatos de "La vida imposible", en una nueva edición que refleja su facilidad para "romper los límites de lo verosímil" y aplicar "una mirada extrañada" ante el mundo que lo rodea.
La principal novedad de la edición que publica Páginas de Espuma es la inclusión de las "Ramonerías" que escribió Berti hace años, inspiradas en las greguerías de Ramón Gómez de la Serna y que solo habían visto la luz en Francia en una edición bilingüe.
Según decía hoy el escritor en una entrevista con Efe, la reedición de "La vida imposible" le pareció una buena ocasión para incluir sus "Ramonerías" en una editorial de lengua española.
"Los loros son políglotas que tienen la infinita gentileza de hablar en nuestro idioma". "Vivía tan mal que llevaba un tren de muerte". "Los nudistas se excitan viendo radiografías", son ejemplos de las greguerías de Eduardo Berti (Buenos Aires, 1964), que siente una especial predilección por Gómez de la Serna.
Para la nueva edición de "La vida imposible", Berti ha suprimido algunos cuentos de la publicada en 2002, que no le parecía que estuvieran "a la altura de los otros". Hizo también "pequeños retoques" de escritura y cambios de ritmo.
Novelista y cuentista, Berti le tiene "un especial cariño" a los microrrelatos de "La vida imposible".
Los empezó a escribir "hace más de veinte años", en paralelo a otras obras suyas, hasta que un buen día se dio cuenta de que "dialogaban bien unos con otros" y tenía material suficiente para un libro.
Son breves piezas literarias que van del párrafo de dos líneas a las dos páginas y que Berti, que actualmente vive en la ciudad francesa de Burdeos tras haber residido cinco años en Madrid, escribe "por necesidad", cuando una imagen o una idea se le imponen "como un enigma o un problema a resolver".
El humor, la ironía, las paradojas y lo absurdo conviven sin problemas en el centenar de minificciones de "La vida imposible", un relato que le gustó para titular el libro "porque se opone a la idea de vida posible, a la norma".
"Es un libro de excepciones más que de norma", asegura Berti, que ha ambientado sus breves textos en lugares tan distintos como Islandia, Hawai, Italia, Alemania o España.
"La geografía es una excusa y es también como una forma de parodiar las noticias de un periódico, situada cada una en un lugar diferente", afirma el autor de las novelas "Agua", "La mujer de Wakefield" (finalista del Premio Fémina), "Todos los Funes" (finalista del Herralde) y "El país imaginado" (Premio Las Américas y Premio Emecé).
El libro contiene una réplica del relato del dinosaurio, quizá el más breve de la historia, del guatemalteco Augusto Monterroso. Con el tiempo, Berti ha visto que "hay muchas posibles lecturas de ese breve cuento, lleno de magnetismo y de magia. Se podría hacer una antología con todas esas versiones", asegura con humor el escritor argentino.
Entre los autores que le han influido, cita a Cortázar, Poe, Chéjov o Borges, pero "para no nombrar solo a los de siempre", menciona también al uruguayo Felisberto Hernández, al argentino Juan Rodolfo Wilcock y al francés Marcel Aymé. EFE.
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