El arquitecto Ron Arad mete a Israel en el mapa de los museos de diseño

  • Holón (Israel).- Israel entra hoy en el mapa de los museos de diseño de la mano del arquitecto Ron Arad, que ha concebido una llamativa construcción curvilínea para dar cabida a las mil y una formas y materiales presentes en el mundo posmoderno.

El arquitecto Ron Arad mete a Israel en el mapa de los museos de diseño
El arquitecto Ron Arad mete a Israel en el mapa de los museos de diseño

Holón (Israel).- Israel entra hoy en el mapa de los museos de diseño de la mano del arquitecto Ron Arad, que ha concebido una llamativa construcción curvilínea para dar cabida a las mil y una formas y materiales presentes en el mundo posmoderno.

El centro, de 750 metros cuadrados, está situado en Holón, una ciudad de tamaño medio ubicada al sur de Tel Aviv y cuyo ayuntamiento ha financiado el coste del proyecto: 65 millones de shekels (12,6 millones de euros o 17,2 millones de dólares).

El edificio se presenta por fuera como una serie de curvas y espirales con distintas tonalidades de rojo que envuelven el espacio de dos plantas destinado a las muestras.

Todo ello obra del israelí Arad, uno de los arquitectos y diseñadores más reputados de la escena internacional, que en 2001 recibió el Premio Internacional de Diseño de Barcelona y cuyo trabajo expone ahora mismo el centro cultural Barbican de Londres.

Nacido en Tel Aviv pero residente en la capital inglesa desde hace tres décadas, Arad participó en la creación del innovador Hotel Puerta América, en Madrid, y logró popularidad al diseñar una estantería en forma de gusano.

Tras casi cuatro años de construcción, el museo abre hoy al público su primera exposición, "El Estado de las Cosas", una suerte de panorámica de la situación internacional del diseño estructurada en ocho secciones.

La muestra, que permanecerá hasta el próximo 15 de mayo, presenta más de cien obras de artistas locales e internacionales que reflejan la diversidad de estilos, materiales y conceptos que engloba el diseño a principios del siglo XXI.

"Queremos que la gente salga de aquí haciéndose preguntas", explica la directora artística del museo, Galit Gaon.

Una idea en la que abunda la comisaria jefe de la exposición, Barbara J. Bloemink, quien tras cribar cientos de obras llegó a la conclusión de que es "imposible encontrar un estilo o material que defina al diseño" y, por tanto, sólo cabe hacer un hueco a los distintos "procesos e ideas que forman parte del mundo de hoy".

"Ya no tiene sentido analizar la relación entre arte y diseño. Es un debate del siglo XX. El diseño es un concepto muy amplio y más accesible que el arte porque todos los días nos sentamos en sillas y utilizamos cepillos de dientes con formas que escogemos", señala a Efe.

Esta diversidad y ruptura de los esquemas tradicionales se mezclan en la muestra con el pesimismo y desconcierto que caracterizan el mundo actual, como muestra que el apartado más grande de la exposición lleve el título de "Ansiedad social", pese a que no estaba inicialmente planeado.

Esta sección refleja las preocupaciones en un mundo globalizado e interconectado, como la guerra, el terrorismo, la destrucción de la naturaleza, las enfermedades letales y, por supuesto, la crisis económica.

Así, el griego Andreas Angelidakis titula "silla dorada" un asiento normal y corriente envuelto en papel dorado, mientras que el holandés Marcel Wanders adosa un martillo a la tradicional hucha de porcelana en forma de cerdito.

La influencia de los avances tecnológicos en la cotidianeidad está presente en una alfombra que recrea la pixelación o una mesa ilustrada con las imágenes obtenidas tras introducir la palabra "table" en un popular buscador de internet.

Asimismo, materiales "pobres", como bidones vacíos de plástico para gasolina o las tiras empleadas para empaquetar diarios, se transforman en manos de creadores brasileños y japoneses, respectivamente, en una enorme lámpara y en una "silla repollo".

La presencia española se limita a una porcelana de un niño a lomos de un balancín con la forma de un pollo verde, diseñada por Jaime Hayón (Madrid, 1974) para la famosa empresa valenciana Lladró.

En declaraciones a Efe, Hayón, quien participó ayer en la conferencia de presentación de la apertura, subrayó el auge del diseño español en un momento en que "la profesión está cambiando" para hacerse "más libre, más abierta y más artística".

Sin competir con los grandes centros mundiales del diseño, el Museo de Holón aspira precisamente a reflejar esa libertad, pluralidad y apertura en el mundo del diseño, tan difícil de definir y tan presente en nuestro día a día.

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