El artista Jorge Caunedo encandila en Berlín con el agua y la memoria

  • Berlín.- El artista de origen cubano Jorge Caunedo encandila en Berlín de la mano de su última muestra "Procesos Inversos", todo un experimento a partir de juegos de agua, con el que explora en la memoria humana y trasciende fronteras espaciales.

El artista Jorge Caunedo encandila en Berlín con el agua y la memoria
El artista Jorge Caunedo encandila en Berlín con el agua y la memoria

Berlín.- El artista de origen cubano Jorge Caunedo encandila en Berlín de la mano de su última muestra "Procesos Inversos", todo un experimento a partir de juegos de agua, con el que explora en la memoria humana y trasciende fronteras espaciales.

"Lo que pretendo es que al final de la exposición, la persona logre descubrirse a sí misma, si es que es capaz, y sobre todo que olvide los objetos, pues no los necesita para recordar"; así explicó hoy Caunedo, en una entrevista con Efe, la idea central de esta obra, que le ha costado dos años de preparación.

Nacido en 1968 en La Habana, vive a caballo entre su residencia oficial en el barrio madrileño de Argüelles y la capital alemana, donde ya ha protagonizado anteriormente algunas exhibiciones, como la que hizo en 2006 en la galería Paul-Lincke Ufer.

Licenciado en Arquitectura, considera que la manera de utilizar el espacio forma parte de la exposición en sí misma, y por ello busca siempre lugares exóticos para enseñar sus trabajos.

Hace años sorprendió en su país, al elegir una hacienda derruida en la Habana Vieja, mientras que para esta ocasión ha optado por el sótano más grande de Berlín, de 3.000 metros cuadrados, en el centro cultural Pfefferberg, para el que ha tenido que esperar casi un año a que le concedieran la licencia.

"Alemania brinda al artista la posibilidad de filosofar de otra manera, lejos de asuntos políticos o regionales", apuntó Caunedo, quien insistió en que su obra, a diferencia de la que normalmente está asociada a los cubanos, siempre ha querido "apartarse de la política".

En "Procesos Inversos", presenta algo muy distinto de lo que llevaba haciendo hasta el momento, pese a mantener la misma línea en cuanto a colores y principios estéticos, según comentó.

Desde la fotografía digital, ya sea impresa sobre papel o aluminio, hasta el grabado, pasando por el vídeo, la escultura y la pintura, todas las técnicas tienen cabida en esta enorme instalación en movimiento que se desarrolla en una galería, cuanto menos peculiar.

Se trata de un escenario que más bien parece sacado de una película de terror, con escaleras infinitas, paredes gigantescas de piedra, vaho por todas partes, minúsculas aberturas de tanto en cuanto y, de fondo, el sonido ampliado de una gota de agua que golpea contra el suelo al caer y que forma parte del "atrezzo".

Más allá de lo sencillo, Caunedo le da una vuelta a todos sus trabajos, con la idea de "ofrecer un recorrido por la deconstrucción del ser humano, hasta descifrar su modo de pensar".

Un ejemplo es "Gráfico bipolar", donde representa un móvil hecho de espejos y metal, que cuelga del techo y que es atravesado por dos rayos láser de color rojo y verde, que definen una serie de curvas, con los altibajos típicos del trastorno bipolar de la personalidad.

"Normalmente un cuadro se pinta, y yo lo que hago es despintarlo", afirma el versátil artista en referencia a la serie de cuadros, pintados en su mayoría en 1998, y a los que ahora ha decidido quitarles trozos de pintura.

A sabiendas de que su arte puede ser tachado de incomprensible, Caunedo se compara con Picasso: "Ahora todo el mundo lo entiende, pero en 1907 cuando pintó 'Las Señoritas de Avignon', ni sus propios amigos sabían qué quería expresar".

Su peculiar forma de trabajar pasa por un juego constante con todo tipo de materiales y soportes, pero siempre buscando el punto de humor, como hace con una lámpara cuyo cable está cortado, pero cuya bombilla, sin embargo, permanece encendida.

Madera, hormigón, lienzos, cuerdas, espejos..., son algunos de los elementos que Caunedo emplea y pone al servicio de un concepto previo, de la idea, que a su juicio, "es lo verdaderamente importante en la obra".

El agua es protagonista en todo momento del recorrido, ya sea en forma de vaho o de un bloque de hielo gigante, hoy derretido, sobre el que había superpuesto un muñeco de madera.

"No tengo ni idea de qué es el arte. Creo que puede ser una proyección de la personalidad, por eso yo no busco hacer un arte de masas, pues soy más bien una persona tranquila", aseguró.

"Procesos Inversos" podrá visitarse hasta el próximo 23 de octubre en el centro cultural Pfefferberg, al norte de Berlín.

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