El Bolshói despide a su director artístico, atacado con ácido en 2013

  • El teatro ruso Bolshói anunció el jueves el despido de su director artístico atacado con ácido en 2013, Serguei Filin, el último capítulo de un escándalo que conmocionó al mundo de la danza en Rusia.

"Después de una reunión con el director artístico Serguei Filin, el director del teatro Boslhói Vladimir Urin le anunció que su contrato, que expiraba en marzo de 2016, no sería renovado", indicó el conocido teatro moscovita en un comunicado.

La decisión "está relacionada con asuntos internos del teatro", precisó Urin a la agencia rusa de noticias TASS.

Filin, de 44 años, continuará sin embargo hasta el final de la temporada como "responsable de los programas en curso y de la gestión diaria de la compañía de bailarines del teatro", según el comunicado.

El Bolshói propuso a Filin seguir su colaboración "de otra manera" con el teatro, sin dar más detalles.

Filin declaró a TASS "no tener quejas" contra el teatro. "El contrato fue definido en 2011 por cinco años, hasta el 17 de marzo de 2016", confirmó. "Lo firmé y estaba preparado para que este contrato (...) no fuera prolongado".

Filin perdió prácticamente la vista después de haber sido agredido con ácido en enero de 2013 por el bailarín Pável Dmitrichenko, condenado a seis años de cárcel junto a otros dos cómplices.

El caso sacó a la luz la gran rivalidad y las intimidaciones de las que son objeto algunos miembros del Bolshói en los bastidores de este gran teatro ruso. El mundo artístico condenó el ataque.

La agresión condujo igualmente al despido del antiguo director del Bolshói Anatoli Iksanov y del bailarín Nikolai Tsiskaridze, acusado casi directamente por Iksanov de ser el instigador del ataque.

El bailarín puso en duda las heridas sufridas por Filin y consideró poco después, en un periódico moscovita, que el director artístico puso "a unos contra los otros con historias de dinero y amor".

Tsiskaridze fue nombrado a finales de 2014 director de la prestigiosa Academia Vaganova de San Petersburgo, una decisión que contestaron un centenar de profesores de la institución que pidieron su destitución.

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