El cantaor David Palomar dice que con Chavela Vargas ha "aprendido a sentir"

  • Isabel Laguna.

Isabel Laguna.

Cádiz, 19 sep.- Más allá de la muerte, Chavela Vargas sigue siendo una "chamana" capaz, con sólo su voz, de desnudar a cualquiera. Así lo siente el cantaor David Palomar, que estrena en Cádiz "La dama del poncho rojo", un homenaje a una mujer con la que ha aprendido "a sentir" y que es "el símbolo puro de la libertad".

Por ello, este trabajo, que se estrena el viernes en el Gran Teatro Falla de Cádiz, forma parte del programa cultural de la conmemoración, este año, del Bicentenario de la promulgación de la Constitución de 1812, que convirtió a la capital gaditana en "cuna" de las libertades para España e Iberoamérica.

David Palomar, un joven cantaor que ha crecido en La Viña, territorio flamenco por excelencia de la ciudad, llevaba en mente sumergirse en el mundo de Chavela Vargas desde hace más de siete años cuando, al escuchar un disco en su casa, sintió "amor a primera vista" por "su forma de ser, de cantar, de interpretar", explica hoy en una entrevista con Efe.

Y también de la que ha aprendido una lección fundamental que, por raro que parezca, no había tenido en su trayectoria, primero como acompañante de bailaores y músicos como Cristina Hoyos, Javier Barón, Vicente Amigo, Lluis Llach, José Mercé o Gerardo Nuñez y luego en solitario, con discos como "Trimilenaria" (2008) o "La viña, cantón independiente" (2010).

"Con Chavela he aprendido a sentir. Me he dado cuenta de que cantaba expulsando, alardeando. Me faltaba interiorizar las cosas, profundizar en ellas, algo que es muy importante para todo, pero sobre todo para el arte", dice este cantaor que en el 2007 recibió el Premio Manolo Caracol y el Premio Camarón del Concurso Nacional de Córdoba.

En "La dama del poncho rojo", Palomar interpreta trece temas de Chavela Vargas, algunos de ellos tan emblemáticos como "Piensa en mí", "El último trago", "Dónde estás corazón" o "Luz de luna", un espectáculo que cierra con una voz en off de "La chamana" extraída de su disco "Cupaima" y con la que Chavela Vargas hace una despedida de la Tierra.

El cantaor gaditano desechó desde un principio "aflamencar" las canciones de Chavela Vargas; "he querido mantener su energía, su forma de transmitir, sus silencios", explica mientras cuenta que aún así ha introducido algún "matiz rítmico" por bulerías o alegrías en algunos temas.

Poco más que escuchar sus discos ha necesitado para hacer este trabajo; "con ella no se necesitaba más porque era transparente, lo daba todo cuando cantaba", explica mientras cuenta que se quedó sin verla en su última visita a España, poco antes de que, el 5 de agosto, falleciera, porque el mismo día en que ella comparecía en la Residencia de Estudiantes de Madrid él se casaba.

"Me he quedado sin verla, pero la siento como si la hubiera conocido", asegura el cantaor, que dice que le hubiera encantado que Chavela Vargas hubiera "escuchado, visto y sentido" su trabajo el viernes en el Gran Teatro Falla. "Sé que su energía estará, porque los chamanes están espiritualmente donde se les llama".

David Palomar, que preestrenó esta semana "La dama del poncho rojo" en la Bienal de Flamenco de Sevilla, estará acompañado de cuatro músicos -piano, guitarra, bajo y percusión- en un escenario en el que ha recreado una especie de "rincón" de Chavela Vargas.

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