El catálogo definitivo de la escultura de Chillida da su primer paso

San Sebastián, 30 oct.- Una pequeña figura femenina de yeso que un joven Eduardo Chillida realizó en París en 1948 abre el catálogo razonado de escultura del artista vasco, un proyecto que comenzó a gestarse hace cuatro años y cuyo primer volumen, de los cinco que tendrá, ve ahora la luz.

Ignacio Chillida, uno de los ocho hijos del creador, y su yerno Alberto Cobo son los autores de la primera parte de este canon, presentado hoy en San Sebastián, que abarca la producción escultórica de Chillida desde ese año, en que recibió una beca para residir en el Colegio de España de la capital francesa, hasta 1973.

Se han catalogado 274 obras para este periodo de las cerca de 1.400 que creó a lo largo de su vida. El resto se repartirá en otros cuatro volúmenes, y la idea es publicar uno por año, aunque el "ritmo" dependerá de las ventas y la financiación.

Lo explicaba Marta Casares, consejera delegada de Nerea, la editorial que se ha hecho cargo del proyecto, que sufraga la Kutxa, cuyo director del Área Social y Comunicación, Carlos Ruiz, no ha aventurado una fecha para su conclusión.

El orden cronológico elegido facilitará que cada volumen tenga una comercialización independiente, además de una difusión internacional que en todo momento ha buscado la familia del escultor donostiarra, nacido en 1924 y fallecido en 2002.

El editor alemán que publicó el catálogo razonado de su obra gráfica hará ahora otro tanto con este volumen, del que además se dispondrá de una versión digital en unos meses.

Sus 375 páginas reúnen información pormenorizada de las obras que Chillida realizó en Francia y en los primeros años que trabajó en Hernani y San Sebastián, piezas como sus "Ilarik", la serie "Lugar de encuentros", las puertas de la basílica de Arantzazu o sus primeros "Peine del Viento", constantes en su trayectoria.

Son obras de gran y pequeño tamaño, de materiales que van desde su característico hierro forjado al acero, el bronce, la piedra, el alabastro, el mármol, la madera y la tierra cocida.

Esa información acompaña a cada una de las piezas junto a una relación de datos sobre sus medidas, propietarios, las principales exposiciones en las que se han mostrado y la bibliografía.

Alberto Cobo ha explicado que todos los datos han sido cotejados y documentados de forma historiográfica, de manera que investigadores, coleccionistas, comisarios y amantes de la obra del escultor vasco cuentan ahora con la información válida y contrastada, que propicia un catálogo razonado.

La tarea de cotejo ha sido la que mayor esfuerzo ha supuesto durante su labor, ha señalado Cobo, quien ha comentado que el punto de partida fue "bastante sólido", gracias al trabajo de archivo de Gisèle Michelin, de la galería parisina Maeght, a la que Chillida estuvo vinculado hasta mediados de los 80.

Toda la documentación la donó al jubilarse a la fundación del artista y al museo Chillida-Leku, que tomó el testigo y prosiguió con esa labor de registro.

Durante estos años de trabajo se han puesto en contacto con muchos de los propietarios de las obras, algunos de los cuales han preferido no figurar en el catálogo, aunque de una parte de las piezas -Cobo no cree que sobrepasen el 20 o el 30 %- se desconoce su paradero.

De todas, no obstante, hay fotografías, algunas de ellas tomadas durante el proceso de creación, que firman entre otros Clovis Prévost y Francesc Catalá Roca.

Ignacio Chillida ha señalado que no han encontrado muchas sorpresas durante la preparación de este volumen, ya que el registro de la obra escultórica estaba "muy bien hecho desde el principio", aunque cree que "las cosas serían muy distintas" si algún día se acomete un catálogo razonado de sus dibujos.

Este primer canon de las esculturas del artista guipuzcoano se presentará esta tarde en un acto en Chillida Leku, el museo que cerró al público el 31 de diciembre de 2010 y para cuya reapertura la familia del creador sigue negociando con el Gobierno Vasco de manera "confidencial".