"El Cordobés" celebra su cumpleaños con una Puerta Grande en Burgos

  • Burgos.- Manuel Díaz "El Cordobés" celebró hoy su cumpleaños, como ya es tradición, en la Feria de Burgos donde logró un triunfo de dos orejas y la correspondiente salida a hombros, en un festejo en el que Francisco Rivera Ordóñez "Paquirri" también paseó un trofeo.

"El Cordobés" celebra su cumpleaños con una Puerta Grande en Burgos
"El Cordobés" celebra su cumpleaños con una Puerta Grande en Burgos

Burgos.- Manuel Díaz "El Cordobés" celebró hoy su cumpleaños, como ya es tradición, en la Feria de Burgos donde logró un triunfo de dos orejas y la correspondiente salida a hombros, en un festejo en el que Francisco Rivera Ordóñez "Paquirri" también paseó un trofeo.

FICHA DEL FESTEJO.- Toros de "Los Recitales", aceptablemente presentados, pero flojos y desrazados, sin embargo, de juego aceptable. Los que más embistieron, primero y cuarto; fueron manejables, tercero, quinto y sexto; y deslucido el segundo.

Juan Serrano "Finito de Córdoba": pinchazo y estocada (silencio tras aviso); y bajonazo (silencio).

Manuel Díaz "El Cordobés": estocada (oreja); y estocada (oreja).

Francisco Rivera Ordóñez "Paquirri": estocada casi entera y descabello (oreja); y bajonazo (silencio tras fuerte petición).

La plaza rozó el lleno en tarde agradable.

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TRIUNFO DE CUMPLEAÑOS

Cada 30 de junio celebra "El Cordobés" su cumpleaños en Burgos, con una fiesta por todo lo alto que le montan en la misma plaza desde que debutó aquí como novillero. El hombre es como de la familia para las peñas burgalesas, que enseguida que aparece en el ruedo están cantándole el "cumpleaños feliz".

En el intermedio salen unos mozos con una tarta monumental. Los guiños entre el tendido y el torero no cesan a lo largo de la tarde, y no se diga cuando está toreando. "El Cordobés" corresponde con una entrega absoluta, en su estilo y con su singular repertorio, sin ningún tipo de complejos.

Quizás no haya otra plaza más apropiada para una celebración así. La generosidad y alegría del público burgalés es desbordante, lo mismo de los tendidos de sol que los de sombra, da igual que sean espectadores ocasionales o aficionados de siempre.

"El Cordobés""conecta" con todos, y es, por un día, "El Burgalés", dicho con el máximo respeto y tanto cariño como el que aquí se le profesa.

Plenamente identificado y muy comprometido por estas circunstancias, "El Cordobés" sale a darlo todo de la mejor manera posible. Tanto es así que cuando el toro no embiste, como ocurrió con su primero, el que "embiste" es él.

El quinto ya se desplazó más aunque sin la necesaria codicia, pero en éste y aún sin profundizar hubo pasajes más que estimables.

Un rosario de "simpatías" en ambas faenas, de cabezazos y desplantes en el segundo, al que previamente cuajó lances en el saludo a la verónica con marchamo de calidad, y pases sueltos en la muleta también muy auténticos.

En el quinto algo parecido, los inevitables "ranazos" que tanto histrionismo despiertan, fueron el colofón de una faena aseada que diría un revistero antiguo, y que así sin más, por falta de toro, no hubiera llegado a nada. Pero "El Cordobés" sabe buscar los oportunos efectismos después de dejar bien claro que ése también es el camino.

Mató a la primera en ambos casos y cortó sendas orejas. Puerta Grande, como no podía ser de otra manera.

"Finito" tuvo los dos toros más notables del encierro. Pero en sus circunstancias dio igual. Por desánimo, falta de ambición y de compromiso de parte del torero, dos toros sin torear. Ni estructura de faena en su primero, donde no pasó de los pases sueltos y muchos de ellos dejándose tropezar. De la calidad del cuarto se enteró tarde, y tampoco terminó de ponerse.

Rivera, llamado ahora "Paquirri" como su padre, sorteó igualmente dos toros más que notables, pero de la misma manera no terminó de encontrarse. Rivera, o "Paquirri", se pierde mucho en la coreografía, por ejemplo en el paripé de hacerse de rogar cuando le piden que tome las banderillas, accediendo en el último momento cuando la cuadrilla ya está a punto de ir al toro.

Clava con cierta facilidad, pero sin ajuste y ninguna gracia. Como su toreo mismo, de medios pases y alardes que no vienen a cuento. Mató pronto al primero y le dieron la oreja, pero con el sexto, tras un infame bajonazo "en el número", el presidente salvó el honor de la plaza resistiéndose a sacar el pañuelo.

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