El día que ana botella calló


Ana Botella, alcaldesa de Madrid, vivió este miércoles su día más difícil con los medios de comunicación, después de que el martes Miguel Ángel Flores, gerente de Diviertt, acusara a la Policía Municipal y al Ayuntamiento de Madrid ‘por su falta de previsión’ en el caso ‘Madrid Arena’.
A las 11.15 horas de la mañana llegó la alcaldesa a la sede de Servicio de Limpieza Urgente (Selur) para presentar el Plan Nevada, donde fue recibida por los funcionarios del lugar, quienes procedieron a mostrarle las instalaciones.
Cerca estaban los periodistas de los diferentes medios, atentos a los movimientos de la alcaldesa, pues tras las acusaciones de Flores esta era la primera ocasión en que podían estar junto a la alcaldesa. Aun con cautela, se aproximaron para tratar de hacer la primera pregunta, pero los agentes de su servicio de seguridad la rodearon y evitaron que los periodistas se acercaran más de lo previsto.
Entonces, Botella procedió a saludar a los trabajadores y funcionarios del lugar, evitando en todo momento mantener contacto visual con los periodistas. Antes de iniciar el acto, los periodistas se acercaron a una, en todo momento, evasiva alcaldesa. La cuestionaron sobre las acusaciones de Miguel Ángel Flores, pero, sin dejar de sonreír, trató de abrirse paso entre los periodistas que la acosaban y rodeaban. ‘Luego del acto’, reprochó la asistente de Botella a los periodistas.
La alcaldesa procedió a presentar el Plan. No ocultó un aparente nerviosismo y en varias ocasiones hizo una pausa y respiró profundo. Entre tanto, la seguridad de la alcaldesa vigilaba atentamente los movimientos de los periodistas.
Al concluir la presentación, la alcaldesa se despidió. En ese momento, los periodistas se colocan en la salida para tratar de conseguir alguna declaración. En el intento, un periodista por poco hace que Botella tropiece con un cámara de televisión. Fue asistida por la seguridad, y apresuró sus pasos hacia el coche oficial.
“¿Qué opina de las declaraciones de Flores, alcaldesa?”, preguntó una periodista. “¿Piensa declarar en el caso?”, preguntó otra”, “algún día tendrá que hablar’, le replicó un tercer periodista. Botella los miro a todos y tímidamente se limitó a sonreír.
“¿Va a dimitir?”, le interpelaron repetida y finalmente, pero su equipo la sacó apresuradamente del lugar. Su coche arrancó y concluyó el acto. Ana Botella calló.

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