El director de Altamira dice que también los cuadros estarían mejor en una cámara acorazada

  • Santander.- El director del Museo de Altamira, José Antonio Lasheras, ha asegurado hoy que será el Patronato de la cueva el que decidirá si es posible reabrirla al público garantizando su conservación, aunque ha planteado esta reflexión: "también los cuadros de los museos estarían mejor en cámaras acorazadas".

Los científicos aconsejan un control exhaustivo si se opta por abrir Altamira al público
Los científicos aconsejan un control exhaustivo si se opta por abrir Altamira al público

Santander.- El director del Museo de Altamira, José Antonio Lasheras, ha asegurado hoy que será el Patronato de la cueva el que decidirá si es posible reabrirla al público garantizando su conservación, aunque ha planteado esta reflexión: "también los cuadros de los museos estarían mejor en cámaras acorazadas".

Lasheras, que el verano pasado se ha mostró partidario de reabrir Altamira al público, porque el patrimonio "se conserva para utilizarlo", ha explicado que el informe de los expertos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) sobre la conservación de las pinturas de Altamira aporta numerosos datos sobre cuál es el estado actual de la cueva, a lo largo de más de 300 páginas.

En declaraciones a Efe, el director del Museo de Altamira no ha querido valorar si las conclusiones de ese informe permiten o no retomar un programa de visitas a la cueva -cerrada al público desde 2002-, porque considera que esa es una decisión que compete al Patronato y en la que no desea interferir con su opinión.

"Esto es como los pronósticos meteorológicos: el hombre del tiempo anuncia cómo va a hacer y luego cada uno es libre de decidir si se pone bufanda, si coge o no el coche o si echa las cadenas al maletero", ha señalado José Antonio Lasheras.

Porque, insiste, "al CSIC no se le pidió una decisión, sino información" sobre el estado de conservación de Altamira.

Hasta 2002, cuando se cerró al público, Altamira admitía a diario grupos de 10 a 40 personas, dependiendo de la época del año, bajo un sistema de cita previa, con una lista de espera de varios meses e, incluso, de más de un año para determinadas fechas concretas.

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