El doctor Moreno rompe su silencio para reafirmar su fe en la justicia

  • Concha Barrigós.

Concha Barrigós.

Madrid, 13 may.- Enrique Morente era "excelente", pero, aunque no lo hubiera sido, Enrique Moreno le habría operado porque era su "obligación". Ahora, después de 3 años de "sufrimiento", el doctor habla por primera vez para reafirmar su fe en la justicia "a pesar de las mentiras y acusaciones" que ha tenido que "soportar".

El juzgado de instrucción número 52 de Madrid ha decretado hoy el sobreseimiento provisional de la investigación judicial abierta sobre el fallecimiento de Morente, muerto el 13 de diciembre de 2010, a los 67 años, una semana después de ser operado por Moreno en la Clínica La Luz de la capital de un cáncer de esófago.

"Siempre es bueno que se haga justicia. Creo en ella como creo e en la religión, en el ejército o en los educadores. Sin eso, los pilares de la sociedad no existen. Podemos tener personas con maldad, acostumbrados a mentir, que tratan de cambiar la realidad, pero esa no es mi vida, ni para ello estudié medicina", ha señalado a Efe el doctor (Madrid, 1939).

"Lo más importante es que en el auto del juez queda patente que se trató de una intervención correctísima, en la que se entuba al paciente las seis horas; que hablo con él y que estaba completamente recuperado. Lo que ocurre es que en el postoperatorio se producen complicaciones que suceden con frecuencia en pacientes con mayor riesgo", ha apuntado sobre lo que ocurrió hace tres años.

Este especialista precisamente en el tratamiento del cáncer de esófago, ha sufrido mucho durante este tiempo, durante el que siempre ha permanecido callado, pero creía "esencial" que primero se pronunciara la justicia, y eso que, recuerda, un periódico le dedicó cada semana tres páginas -"con cosas terribles"-, y "algún" canal de televisión, horas "hablando falsedades".

"Ha sido -subraya- una propaganda terrible y llena de maldad", instrumentada por personas "interesadas" y medios de comunicación "poco imparciales".

"He tenido que sufrir de todo", ha lamentado el cirujano, pionero en España en trasplantes de hígado, Premio Príncipe de Asturias de Investigación y académico de la Real Academia Nacional de Medicina.

Durante este tiempo, afirma, ha pasado "mucha vergüenza" por ser el foco de atención, por llegar al hospital y que los pacientes le dijeran "estamos con usted" o que en un pueblo de Extremadura descolgaran una pancarta expresándole su apoyo.

El también catedrático recalca que para él, como para cualquier médico, "que se muera un enfermo es algo muy importante, pero no ya en el postoperatorio, sino también años mas tarde, porque en ese momento se mueren las ilusiones puestas en su curación ".

Lo que más le duele es la "falta de respeto" hacia la profesión médica y reclama "límites jurídicos y penales" a tantos "desmanes" porque crea "un deshonor terrible" y un efecto no menos negativo, como en el caso de médicos a los que él enseña o en su propio equipo médico.

"Que no se engañe nadie. Que nadie piense que estamos mudos. Los que han actuado mal antes o después tendrán que darse cuenta de que todos somos responsables de nuestros actos", afirma.

Con el mayor respeto a los enfermos y familiares, insiste, la enseñanza de este suceso no puede ser "la mentira, los trucos ni los maquillajes. Si uno transgrede los limites y entra en el campo abierto de la irresponsabilidad, la sociedad tiene que defenderse, porque la ignominia no es buena para nadie y a los embusteros y los falaces el tiempo les pone en su sitio".

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