
Madrid.- Diez propuestas distintas y distantes han llenado la pasarela en la última jornada de Cibeles Madrid Fashion Week, elevada por la embriagadora exquisitez de Ion Fiz y Nicolás Vaudelet y adornada por el espectáculo.
Carlos Díez presenta una colección andrógina en blanco, negro y gris para "reírse de la muerte y echarle humor a las cosas trágicas". En una agresiva puesta en escena con pasamontañas incluidos, amplias prendas cubren a hombre y mujer: largos vestidos, pantalones pitillo y pantalones con el tiro por la rodilla.
Con mochilas XXL como complemento, los modelos lucen estampados de cuadros, espigas, pata de gallo y cheviot en lanas frías, punto y franela. Además, hay prendas acolchadas en nylon plateado y muchas calaveras: tanto en un estampado de algodón como en relieve sobre napa plateada.
En coordenadas más coloridas se adentra El Delgado Buil, que trata de conseguir, mediante la superposición, un look a medio camino entre la clase alta londinense y el "rollo más underground de Brooklyn".
Las dos jóvenes diseñadoras crean una amalgama de tonos y texturas ("nuestra coordinación es la descoordinación", dicen) con rebecas en jacquard de leopardo en corales y celestes, tejanos, sedas estampadas con motivos de caza, camisas de cuadros, jerséis y vestidos largos de angora y parcas.
Los peleteros Jesús Lorenzo y Miguel Marinero clausuran la pasarela con impresionantes piezas de abrigo clásicas y coloridas.
Lorenzo, en cuyo desfile han irrumpido dos activistas contra el uso de pieles animales, presenta astracán reversible en verde esmeralda y oro viejo, piel pintada, piezas rosas, blancas y magentas de cordero merino, martas teñidas en azul y morado y visón claro y oscuro en capas, chaquetones y estolas.
Marinero busca un look inspirado en Studio 54. Encontramos abrigos envolventes con mangas acabadas en vuelta, ponchos con mangas japonesas, espaldas libres, prendas "stretch" en cuero blanco y laminados de cocodrilo.
Conejo, visón roto en tiras, cordero negro plisado, napa, visón, ante y colores luminosos son la apuesta del diseñador.
Por la mañana, Ion Fiz ha construido un exquisito mundo de contrastes que se inicia con prendas de día en crudos, tostados y chocolate con detalles dorados en zapatos y cinturones.
La lana, la seda y el algodón se imponen en una colección que incluye piezas de cóctel y de noche y aplicaciones de piel en abrigos y mini-capas.
María Escoté se inspira en el mundo animal e idea prendas atrevidas en las que predomina el short con estampaciones de enormes águilas y blancos caballos.
Las plumas de gran tamaño aparecen en cazadoras, gorros, camisetas y pantalones, en una colección en la que abundan el rojo y el rosa.
Por su parte, María Barros ha vestido a las modelos como las muñecas de porcelana francesas de los años 30, en una línea totalmente en blanco y negro con puntualísimos toques de rojo. Recurre a paños, algodón y terciopelo de seda.
La diseñadora ha trabajado sobre modelaje para vestir a una mujer dulce pero también oscura, con vestidos en negro ribeteados en blanco, detalles de tul, grandes lazos, faldas abullonadas y prendas de cancán.
En su debut en Cibeles, Teresa Helbig ha querido reinterpretar los dorados años 20, 30 y 40 de la moda creando una colección exquisita en los materiales -ante negro, tul de seda, gasas de chifón y crepe de seda- y el diseño.
Los sugerentes vestidos en rosa talco, verde decó, plata vieja y negro los combina con hojas de organza quemadas a mano y bordados a base de canutillos de plata.
Un aplaudidísimo Nicolás Vaudelet se retrotrae a la nevada del 2 de febrero de 1954 en Sevilla y mira a los deportes de invierno para crear delicados y femeninos monos de snowboard, pantalones de alpinismo y falditas de patinaje.
Vaudelet redibuja la silueta femenina con protecciones, hombreras y cortes ergonómicos, y para ello mezcla materiales como el neopreno, el nylon lacado, napa, piel de anguila y pelo de cabra.
El diseñador, que ha contado con música en directo de la joven orquesta sinfónica Arte Novum, acolcha materiales sofisticados en prendas de abrigo y añade el punto equino a sus complementos.
Juana Martín apuesta por formas voluminosas en blanco y negro y vestidos larguísimos. Combinando texturas, la creadora diseña chaquetas, abrigos acolchados y vestidos en los que introduce las tachuelas, aplicaciones de flores y multitud de tiras para dar volumen.
Un desfile benéfico en el lucirán palmito Fernando Romay, Mónica Hoyos o el torero Óscar Higares y en el que se subastarán piezas de catorce diseñadores, cierra la 51 edición de Cibeles, que apaga sus luces hasta septiembre.
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