El francés Michel Leclerc cuestiona a Sarkozy entre risas y buen humor

  • Michel Leclerc es un francés nieto de inmigrantes -igual que el protagonista de su película, Arthur Martin- que ha decidido destapar en "Los nombres del amor" algunas obsesiones de sus compatriotas por asuntos como la identidad o la inmigración y para hacerlo "con elegancia", dice, usó la comedia.

Alicia G. Arribas

Madrid, 13 mar.- Michel Leclerc es un francés nieto de inmigrantes -igual que el protagonista de su película, Arthur Martin- que ha decidido destapar en "Los nombres del amor" algunas obsesiones de sus compatriotas por asuntos como la identidad o la inmigración y para hacerlo "con elegancia", dice, usó la comedia.

Leclerc, que visita estos días Madrid, explica en una entrevista con Efe que él y su pareja, Baya Kasmi, también hija y nieta de inmigrantes, querían contar a través de su historia particular la de la Francia contemporánea: "Podíamos hacerlo de manera justa, porque sabemos de lo que hablamos, y compleja, porque son temas que no se pueden simplificar".

Cuando empezaron a escribir el guión, hace diez años, "era el momento del velo en las escuelas francesas; ahora hay otras cosas", señala

Como las recientes declaraciones de Nicolás Sarkozy sobre sacar a Francia del tratado de Schengen: "Son temas recurrentes y creo que se manipulan para asustar", zanja.

"Queríamos ir en contra del discurso de Sarkozy, y de otros muchos, sobre que el otro es diferente y hay que tenerle miedo", y lo que salió fue "no tengamos miedo del otro", explica entre risas, al darse cuenta de que está citando a Juan Pablo II.

"No sé por qué cito a Juan Pablo II, quizá porque su frase es la clave de la concordia y de la paz", apunta Leclerc.

"Los nombres del amor", traducción del original francés "Le nom des gens" que no le hace mucha gracia al director, cuenta la historia entre Baya y Arthur Martin, una pareja que tiene en común que sus nombres son raros, incluso en un país de mestizos, pero sólo eso: en todo lo demás son contrarios.

Ella es hija de un argelino y de una madre hippy que organiza bodas ficticias para ayudar a conseguir papeles a inmigrantes necesitados y él un ornitólogo especialista en gripe aviar.

"Forman un dúo cómico perfecto, una pareja de payasos: ella es todo energía, sinceridad, inocencia y él es cerrado, puritano, con muchísimos defectos, mentiroso y que se miente a sí mismo", detalla Leclerc.

Así, la película, segundo largometraje del francés y primero en estrenarse en España, es "el encuentro entre las obsesiones personales y las francesas contado desde la comedia, porque son temas muy graves, pero a pecho descubierto, con personajes muy vitales que mueven las ganas de reír, porque se quería un final con esperanza".

A pesar de ello, "Los nombres del amor" toca temas dolorosos, como el abuso a menores, la confusión religiosa, los convencionalismos sociales o el cinismo sexual, siempre desde el esperpento.

"La razón principal por la que hago comedias -confiesa Leclerc- es que creo que es la única manera elegante para hablar de asuntos personales sin llegar a ser autoabsorbente".

Para el personaje de Baya, una joven izquierdista que convence a sus enemigos políticos en la cama, Leclerc ha contado con Sara Forrestier, una mujer arrolladora e impresionante que ganó el César (el equivalente francés del Goya) por este papel, mientras el consagrado cómico Jacques Gamblin es "su contrapunto exacto".

Tras declararse "adorador" de Pedro Almodóvar y salvando las distancias, dice, su Baya es un personaje muy almodovariano y su forma de tratar los temas es muy similar: "Ambos provocamos con la inocencia, nuestros personajes son sinceros y al final provocan por lo que son, no por lo que hacen".

"Los nombres del amor" es una película con un esquema fílmico muy original, donde los personajes incluso pueden hablar con los adolescentes que fueron, y muy divertida; una apuesta por la crítica desde el humor que llegará a las pantallas españolas el 13 de abril.

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