El francés que se enamoró de la Barcelona gitana

  • Un libro recopila casi cien instantáneas del fotógrafo francés Jaques Léonard, que entre los años 50 y 70 estuvo retrayendo a las comunidades gitanas barcelonesas. No como un fotógrafo cualquiera, sino como un miembro más de la familia.

Con motivo de la exposición Barcelona gitana - que se puede visitar en estos días en el Arxiu Fotogràfic de Barcelona - La Fábrica Editorial publica un catálogo que recoge 93 instantáneas que el fotógrafo francés Jaques Léonard estuvo realizando desde 1954 hasta 1974 en las comunidades gitanas barcelonesas.

La historia de Jaques Léonard y la de sus fotografías es una historia de amor. Nacido en París en 1909, hijo de padre gitano y madre paya, Léonard se estableció en Barcelona cuando se enamoró de Rosario Amaya, una gitana de Montjuïc que trabajaba como modelo para algunos de los pintores de la época y que se convirtió para él en la llave para poder acceder al mundo generalmente cerrado hacia el exterior.

De los dieciocho mil negativos que en 2009 fueron donados al Arxiu Fotogràfic de Barcelona por los hijos de Jacques Léonard y Rosario Amaya, tres mil están dedicados a la temática gitana.

Un legado enorme y no sólo desde el punto de vista cuantitativo. Al casarse con Rosario, Jaques Léonard se convirtió en un miembro más de la familia y de las familias y pudo retratar las comunidades gitanas barcelonesas de aquellos años desde dentro y sin tener que pedir permiso.

Foto de familia

Bodas, velatorios, días de fiesta, bailes y retratos. Material en el que periodistas, sociólogos, historiadores y, como no, fotógrafos estarían deseosos de hundir las manos y que sin embargo, Jaques Léonard 2013 el payo Chac como se le conocía 2013 maneja con la atención de un documentalista y el cariño de un familiar.

Dorothea Lange es una referencia obligatoria cuando se habla de fotografía documental y las magníficas fotos en blanco y negro de Léonard, los retratos y las escenas de vida familiar, las fiestas y la muerte, recuerdan por su intensidad el trabajo de la fotógrafa estadounidense en los años de la Gran Depresión.

Sin embargo, en las fotografías del payo Chac no hay espacio para esta compasión que encierra y suscita el trabajo de Dorothea Lange. En el caso de Léonard, la fotografía no es el punto final de un proceso de acercamiento a una realidad que se desconoce o a la que no se pertenece.

En las fotos de Jaques Léonard no hay pobreza porque no plantean la pobreza o la marginalidad, no hay rituales y hábitos culturales sino simplemente boda y fiestas. La distancia entre el objetivo y lo que retrae este objetivo es nula. Y es familiar.

Alessia Cisternino
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