El historiador Ruiz-Domènec dice que con la crisis resurge en Europa el espíritu nacional

  • Madrid.- La crisis "ha puesto en evidencia las dificultades políticas" de la Unión Europea, donde el mal momento económico ha "hecho resurgir un poco el espíritu nacional que creíamos superado, con cada país barriendo para casa", ha dicho a Efe el historiador José Enrique Ruiz-Domènec.

El historiador Ruiz-Domènec dice que con la crisis resurge en Europa el espíritu nacional
El historiador Ruiz-Domènec dice que con la crisis resurge en Europa el espíritu nacional

Madrid.- La crisis "ha puesto en evidencia las dificultades políticas" de la Unión Europea, donde el mal momento económico ha "hecho resurgir un poco el espíritu nacional que creíamos superado, con cada país barriendo para casa", ha dicho a Efe el historiador José Enrique Ruiz-Domènec.

Este catedrático de Historia Medieval pero, sobre todo, europeísta, publica ahora "Europa: Las claves de su historia" (RBA), un tratado "para todos los públicos" que lleva gestándose cuatro décadas y en el que los iniciados también encontrarán guiños.

Cuando se le plantea si será posible algún día la unión política, Ruiz-Domènec recuerda que "la polifonía política no tiene precedentes en la historia", por lo que "Europa tiene que aprender a que la polifonía no sea centrífuga".

Los modelos políticos del viejo continente están, a su juicio, demasiado a merced de los "vaivenes electorales": si el corazón de Europa hace unos años era socialdemócrata ahora es de centroderecha.

"Los modelos políticos no pueden regirlo todo, tendrían que crearse estructuras que estuvieran más allá de las discrepancias polifónicas", sostiene.

El historiador insiste en que Europa "no puede convertirse en un inmenso museo de recuperación del pasado, no puede ser sólo turismo cultural, tiene que usar su riqueza del pasado para generar riqueza de futuro".

Y una de esas riquezas es la "gran tradición de pensar las cosas", pues "la invención de la invención es el rasgo característico del europeo".

"Pero para ello hay que invertir en investigación básica y si Europa olvida eso en el vector científico tecnológico y en el filosófico humanístico, está perdida. A Francia le ha dado más beneficios (Jean Paul) Sartre que un modelo de Renault", afirma.

Lamenta que haya muchos recursos para investigación aplicada y apenas para investigación de base, de ideas, especialmente en España.

"La generación de ideas propias requiere muchos recursos y se lo estamos dejando a los foráneos. Este libro también trata de despertar esa conciencia y España si quiere ser de la primera división europea tiene que invertir grandes recursos en la investigación de ideas", recalca.

Respecto a las posibilidades reales de una "alianza de civilizaciones", señala que "hay una larguísima historia de encuentros y desencuentros entre la cultura europea y la islámica".

"La alianza es factible en términos de igualdad. Debemos entender al otro, pero para hacerlo tenemos que entendernos primero a nosotros mismos y hay bastante ignorancia de la identidad europea".

"Hay conquistas sociales, políticas y culturales que tiene Europa y no tiene por qué ceder, y el diálogo comienza ahí, tenemos que empezar a conocer a ese otro mundo para ir estableciendo esos puentes de diálogo", asevera el historiador.

De algunas mujeres fundamentales en la historia europea también habla Ruiz-Domènec en su libro, y es que "una de las claves que poca gente conoce, debido a un error educativo, es que la cultura europea se hace en el interior de una conversación interesante entre hombres y mujeres".

"A la vez se forja una costra de misoginia de la que desde el siglo XII Europa ha tratado de desprenderse y es evidente que no lo ha conseguido del todo, porque no se ha explicado muy bien la importancia del mundo de las mujeres en la formación de elementos claves en la historia de Europa".

"Que una sociedad pretenda construirse suprimiendo a la mitad de la población atenta contra su historia y si luchas contra tu historia corres el riesgo de volverte extranjero", advierte.

Respecto al futuro de la historiografía en la era de internet, recuerda que la gran revolución silenciosa inició tras la caída del Muro de Berlín, cuando los historiadores empezaron a pensar "en estructurar de un modo diferente la historia para hacerla accesible a la gente, evitando a los intermediarios, porque la historia de los divulgadores es generalmente de mala calidad".

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