El Jefe elige Gijón para vestir su indignación de rock and roll

  • Bruce Springsteen abrió la gira europea de "Wrecking Balls" en Sevilla con un guiño al movimiento de 15M y no se sabe si trece meses después su indignación ha ido a menos, pero hoy la ha ocultado tras una descarga de rock que ha puesto a bailar y a cantar a los más de 30.000 seguidores que llenaban el estadio de El Molinón en su única actuación en España en 2013.

Raúl Molina

Gijón, 26 jun.- Bruce Springsteen abrió la gira europea de "Wrecking Balls" en Sevilla con un guiño al movimiento de 15M y no se sabe si trece meses después su indignación ha ido a menos, pero hoy la ha ocultado tras una descarga de rock que ha puesto a bailar y a cantar a los más de 30.000 seguidores que llenaban el estadio de El Molinón en su única actuación en España en 2013.

Vestido con chaleco negro, camisa gris, pantalón vaquero y su emblemática Fender Esquire apareció sobre el escenario aún de día y, como es costumbre, sin aparentar prisa para finalizar un concierto que se prolongó durante más de tres horas y cuarto a lo largo de 32 canciones en su tercera visita a Gijón, una cada diez años.

Para abrir boca de sus incondicionales arrancó con "My love will not let you down", con la que ya puso a botar a su casi inseparable guitarrista Steve Van Zandt al grito de "Buenas noches Gijón", para acercarse luego al público mientras su banda seguía con "Out of the street", el primer tema de la noche "The river", el disco con el que Springsteen entró en los años ochenta.

Esa visita a las primeras filas le permitió hacerse con un cartel de uno de sus incondicionales que le reclamaba "Better days", proceso que repitió después para arrancarse con una rareza como "Ant good enough for you" y entrar luego en el terreno de las versiones haciendo comparecer a la Credence y su "Travellin band".

Luego le tocó el turno a su último trabajo, el que da título a la gira y en el que Springsteen más social vuelve a poner el foco en las devastadoras consecuencias de la crisis económica y al que incorpora soul y arreglos folk tomados de la música celta apreciables en "Death to my hometown" o "Shackle and down".

"Spirit of the night", tras una larguísima introducción a plena potencia vocal, dio paso a otro de sus últimos temas, "Jack of all trades" tras advertir al público en español: "Corren malos tiempos en América, en España y en Gijón. Ojalá vengan tiempos mejores".

Y convocó a esos tiempos mejores con una armónica para anunciar un paseo junto al río y a una chica que tenía diecisiete años. Una melodía y una canción, "The river", coreada con emoción por un público que parece no cansarse desde 1980 de oír contar la historia de un joven recién salido del instituto en unos tiempos en los que también había "poco trabajo por culpa de la economía".

"Atlantic city", "You can look (but you better not touch), "Darlington county", y su inevitable "sha la, la", con Springsteen tocado con sombrero de cowboy recogido del público, precedió a un "Because the night" hecho a medida para el lucimiento de Nils Lofgren en un interminable solo de guitarra.

A la espera de que, como viene siendo habitual en esta gira, se escuchara uno de sus discos al completo Springsteen optó por otra vía que pasaba por incluir temas como "She's the one" o "Rosalita" -recibiendo del público un muñeco de ventrílocuo que se asemejaba a su imagen- o convocar al verano con "Waitin' on a sunny day" con la ayuda de un niño acompañándolo en el estribillo.

Y de ahí a relajar con "Drive all night" y a recuperar las palmas con "Badlands" antes de embarcarse en una "Light of the day" trufada del estribillo de Ted Nuggent y su tierra de las mil danzas antes de intentar despedirse, por primera vez, del público.

"Radio nowhere" precedió a dos incontestables, "Born in the USA" y "Born to run", y, por si alguien pensaba que estaba cansado con apenas tres horas de concierto, "Seven nights to rock" y "Dancing in the dark" -baile con fans incluido- despejaron las dudas antes de un "Tenth Avenue Freeze-Out" como homenaje a Clarence Clemons y baño de agua de otro niño invitado al escenario.

Luego llegó esa mezcla que, a veces, generan "Twist and shout" y "La Bamba" para ir cerrando y presentar a la banda y más guitarras con "Shout", por si alguien no se había enterado de que la noche iba de rock.

"Os quiero" dijo Springsteen en castellano recién cogida, por fin, su guitarra acústica para entonar "Thunder road" y proclamar que, a pesar de lo mucho que le había gustado volver a Gijón, "ésta es una ciudad llena de perdedores y yo me largo de aquí para ganar". Palabra de Boss.

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