"El Juli" se lleva la única oreja de una decepcionante corrida en Bilbao

  • El diestro Julián López "El Juli" cortó la única oreja de una decepcionante corrida de Núñez del Cuvillo, hoy en Bilbao, cuarto festejo de sus Corridas Generales.

Juan Miguel Núñez

Bilbao, 21 ago.- El diestro Julián López "El Juli" cortó la única oreja de una decepcionante corrida de Núñez del Cuvillo, hoy en Bilbao, cuarto festejo de sus Corridas Generales.

FICHA DEL FESTEJO.- Toros de Núñez del Cuvillo, bien presentados pero sin clase, de escaso fondo. La corrida se movió pero no tuvo el nivel esperado.

José Antonio "Morante de la Puebla": media, nueva media y descabello (ovación tras aviso); y media (silencio).

Julián López "El Juli": estocada algo trasera (ovación tras petición);y estocada ligeramente desprendida (oreja con petición de la segunda, y abucheo al "palco" por denegarla).

Alejandro Talavante: pinchazo y otro hondo (silencio); y estocada (ovación).

En cuadrillas, Rafael Cuesta saludó en el primero, y en el quito lo hicieron "Niño de Leganés" y Emilio Fernández.

La plaza rozó el lleno en tarde de nubes altas y de agradable temperatura.

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UNA MALA CORRIDA DE UNA BUENA GANADERÍA

El cartel más redondo de la feria. No se llenó la plaza, pero casi, que en los tiempos que corren ya es un éxito. La gente estaba ávida por ver toros, y más aún, porque triunfaran los toreros.

Pero no pudo ser, no tanto por la disposición de los diestros, incluido "Morante", el de menos ánimo, como por lo poco que aportaron los toros. Porque a la corrida, que se movió y tuvo cierta nobleza, le faltó clase, o lo que ahora también se dice "transmisión".

Los toreros anduvieron ahí, más o menos dispuestos, más o menos capaces, en todo caso por encima de las circunstancias, es decir, de los toros.

"Morante", quizás el más esperado de los tres por el enigma, el misterio y la incertidumbre que encierran sus actuaciones, vino a ser precisamente lo que se esperaba: muy poco, o nada.

Otra cosa es el conformismo de la gente, jaleándole en los lances a la verónica y chicuelinas con los que saludó a su primero, y en los que anduvo más que precavido. Incluso en la faena de muleta, quitándose antes de acabar el pase, o como mucho acompañando la embestida.

Hubo circulares buenos sueltos, pero la mayoría entre dudas. Y habría que dejar claro que el toro fue muy toreable por el pitón derecho.

En el cuarto no se hizo "Morante" con el toro en un trasteo de muchos altibajos, sin ritmo ni continuidad. Anduvo un poco a la deriva, desarme incluido al final.

"El Juli" cuando menos ha querido mucho en toda la tarde. Aunque ello no ha sido siempre una virtud.

Su primero se movió, pero sin clase, quedándose cortito. El esfuerzo del madrileño fue más que notable, aunque la faena no iría más allá de los pases de uno en uno y recolocándose mucho el torero.

En el quinto, en cambio, se vio un "Juli" más inspirado y, por supuesto, con tantos arrestos.

Excelencias en el toreo de capote a pies juntos y en un quite de la casa por lopecinas. Y con la muleta fue mucho más allá de lo que se dejó el toro, ya que se quedaba corto sobre toro por el pitón izquierdo, pero fue precisamente el toreo al natural lo que más y mejor le salió al "Juli".

Toreo de mucha insistencia, de mando, incluso aroma. Aunque el escaso fondo del animal obligaría a un toreo de cercanías que posiblemente no entraba en el guión. Ahí también "El Juli" se mostró muy suficiente.

Tras la estocada le dieron una oreja y hubo insistente petición de la segunda, que "el palco" no concedió. Quizás la faena no tuvo tanta redondez para el doble trofeo.

El primer toro de Talavante, sin humillar y de sosas embestidas, le obligó mucho al torero, que se puso con notable ahínco por los dos pitones. Pero al final se impuso la nula respuesta del astado.

La faena al sexto, un toro que se desplazó más, aunque sin la necesaria emoción, tuvo más consistencia. Desde los estatuarios en la apertura y hasta la estocada final, hubo pasajes muy airosos, de ajuste y despaciosidad sobre todo en los pases a derecha. Y no tan bien al natural.

En realidad, el toro se vino pronto abajo, volviéndose del revés a la salida de los pases, distraído, sin ningún celo. La faena, sin poso, se desarrolló también donde el toro quiso, por aquí, por allá. La estocada fue buena y por eso le ovacionaron.

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