"El Juli" triunfa en Bilbao y Talavante corta una oreja

  • El diestro Julián López, "El Juli", cortó hoy las dos orejas de su primer toro, lo que le permitió salir por la Puerta Grande en Bilbao (norte), en una tarde en la que Alejandro Talavante logró un apéndice.

Juan Miguel Núñez

Bilbao (España), 23 ago.- El diestro Julián López, "El Juli", cortó hoy las dos orejas de su primer toro, lo que le permitió salir por la Puerta Grande en Bilbao (norte), en una tarde en la que Alejandro Talavante logró un apéndice.

FICHA DEL FESTEJO.- Toros de "El Pilar", el cuarto como sobrero al ser devuelto el primero y correrse turno, desiguales de presencia, alguno como el quinto, muy escaso, impropio para Bilbao, y de juego también variado.

La corrida anduvo justita de fuerzas, no obstante, el segundo fue un buen toro. "Sirvió" también mucho el primero aún con el hándicap ya apuntado de la flojera.

Juan José Padilla: dos pinchazos y estocada (palmas tras aviso); y dos pinchazos y media baja (silencio).

Julián López "El Juli": estocada trasera y tendida (dos orejas); y pinchazo y estocada desprendida (ovación).

Alejandro Talavante: pinchazo y estocada tendida (ovación tras aviso); y estocada desprendida (oreja).

La plaza tuvo más de tres cuartos de entrada en tarde entoldada y progresivamente fresca.

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LA RENDICIÓN DEL "PALCO"

Hace dos días se criticó al presidente por no conceder una segunda oreja al "Juli", que según criterio de la mayoría, sobre todo medios especializados, había merecido de sobra. Hoy, aparentemente con menos méritos, ha paseado el doble trofeo de su primer toro. "El palco" se ha rendido.

El caso es que su titular va a recibir ahora tantas críticas por exceso que las que tuvo antes por no llegar. Al fin y al cabo los criterios encontrados es también uno de los ingredientes de 'la Fiesta'. División de opiniones se llama comúnmente.

Desde luego que "El Juli" salió arreando fuerte, enrabietado por lo del otro día, o también porque esa es su manera de concebir la profesión de torero.

La suerte es que vino a tocarle el mejor toro del envío, el primero de su lote, con el que ya de salida estuvo bien con el capote a la verónica, y especialmente bien en un quite por cordobinas, lances importados de la América taurina, concretamente de México, de donde es su inventor, el veterano Jesús Córdoba.

En la faena de muleta estuvo muy firme y muy seguro, midiendo mucho las posibilidades del toro, al que toreó donde él quiso y muy reunido, en muy poco espacio. Faena, por tanto, de absoluto dominio. Hubo también limpieza inmaculada, arrogancia, muy buen porte.

Pero faltó el pero: sobraron las prisas. Un punto rápido en la ejecución de las suertes. Y la estocada tampoco cayó en su sitio, trasera y tendida. Hubo quien creyó que era de dos orejas. Pero no. Aunque "El Juli" paseó feliz el doble trofeo.

La oreja que paseó también Talavante del sexto estuvo también en esas coordenadas. Hubo entusiasmo a ratos por el trazo impecable de los muletazos, por la torería incluso en la forma de interpretar, andando por la cara y alternando las dos manos. Muy bonito de verdad.

Las series cortas, de acuerdo a la exigencia del toro, que andaba en el límite, y que hacía asimismo hilo al final del muletazo, razón también para que a veces perdiera pasos entre pases.

Fue faena intermitente, a ratos bien y en ocasiones atropellada. Lo mejor, desde luego, las cosas que improvisó. Hay que entender que el presidente premió esa personalidad de Talavante, única a pesar de todo.

"Juli" no redondeó en el quinto a pesar de su absoluto dominio, llevando al toro muy por abajo. Pero a fin de cuentas el animal terminó quedándose, cada vez más frenado. Quizás lo más celebrado, los circulares en las cercanías, con el toro prácticamente sin aliento.

Talavante había llevado a cabo también en el tercero un trasteo con notables altibajos y muy itinerante, tan pronto aquí como más allá, unas veces más templado, otras más acelerado. Ni tan bien ni tan mal, en realidad sin estructura de faena.

Padilla saludó una cariñosa ovación tras el paseíllo, al volver a Bilbao después del terrible percance que sufrió en Zaragoza en octubre pasado.

Su primer toro fue bueno, aún escaso de fuerzas, y él anduvo muy solvente en los tres tercios, sin embargo, le faltó la rúbrica de la espada.

Ya en el cuarto, más flojo y apagado, que terminaría por no pasar en la muleta, lo mejor fueron las banderillas y la voluntad que puso en la muleta.

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