El Liceu presenta una "Tosca" que evoluciona desde realista a simbolista

  • El director Paco Azorín presenta en el Gran Teatro del Liceo, en su debut como director de escena de ópera, una nueva producción de "Tosca" que, sin renunciar estrictamente a la tradición, "evoluciona desde un tono realista hacia uno más simbolista en el último acto".

Barcelona, 6 mar.- El director Paco Azorín presenta en el Gran Teatro del Liceo, en su debut como director de escena de ópera, una nueva producción de "Tosca" que, sin renunciar estrictamente a la tradición, "evoluciona desde un tono realista hacia uno más simbolista en el último acto".

Esta nueva "Tosca", una coproducción del Liceo y el Teatro de la Maestranza de Sevilla, tendrá su estreno absoluto en Barcelona el próximo día 8, con funciones hasta el 25 de marzo con tres repertorios alternativos.

Según Azorín, hay en "Tosca" una triple temporalidad que corresponde a los tres actos: "la primera se sitúa en la época, en el acto segundo sólo necesitas un puñal, un salvoconducto y un poco de vino, y en el tercero no se necesita absolutamente nada y, por tanto, la obra se convierte en algo más poético y simbólico".

El director musical de la obra, Paolo Carignani, ha dicho en la presentación que "Tosca" es "para alguien que no conoce la historia un 'thriller', está construida con tensión dramática hasta el final, combinada con momentos de intimidad, enmarcada en un momento particular de la historia de Italia, con el poder y la prominencia de la Iglesia, y por eso es una ópera moderna".

Ha recordado Carignani que no a todos ha gustado "Tosca" en la historia, y ha mencionado a Gustav Mahler, que la detestaba porque había demasiada sangre, pero "lo cierto es que al público de ópera siempre le gusta que haya sangre".

A juicio del director musical, esta ópera de Puccini lo tiene todo musicalmente: "está llena de disonancias, con un arpa que acompaña el canto de los dos amantes, arcos que crean unos pianísimos maravillosos y en conjunto es una ópera perfecta".

Paco Azorín ha destacado que se trata de "una ópera que forma parte del repertorio y es además uno de los cuatro o cinco títulos estrella, y eso comporta una dificultad porque el público la conoce musicalmente y teatralmente y como director de escena potencial tiene una idea preconcebida de cómo tiene que ser 'Tosca'".

"Respeto escrupulosamente la obra, el público verá 'Tosca', porque no he querido hacer una transgresión, sino una progresión", ha afirmado Azorín.

La obra comienza con un montaje realista, porque la música de Puccini lo pide, pero "en el acto segundo llevamos al público de la mano para ir dos pasos más allá e introducirnos en un territorio más expresionista, más teatral hasta que al final acabamos en un escenario más simbólico"

Aunque "Tosca" habla del amor, de una mujer que acaba suicidándose por no poder vivir en libertad, un tema universal que tiene una vigencia absoluta, Azorín ha querido subrayar un tema que normalmente se olvida: "el Barón Scarpia, el jefe de la policía, ejerce su tiranía contra los artistas y si uno habla de un gobierno que va contra los artistas no hay que pensar mucho -dice- para ver por donde va mi propuesta".

La soprano estadounidense Sondra Radvanovsky ha explicado que "Tosca" es uno de sus "papeles favoritos" y ha añadido que "en la ópera todos los momentos dramáticos tienen un significado y ha sido estimulante buscar la realidad de cada nota".

Radvanosvky, que se ha mostrado encantada con esta nueva producción porque es "muy realista y muy física", piensa que "a los cantantes de hoy se les exige mucho más que a los del pasado, porque se les pide un nivel de implicación emocional con sus personajes".

El barítono italiano Ambrogio Maestri ha apuntado que él encuentra que "la música de Verdi es más lógica, mientras que la de Puccini es más imprevisible, pero al mismo tiempo es una música más teatral".

Azorín ha querido involucrar a los cantantes en la propia producción, pues considera que ellos son los auténticos protagonistas de la historia.

"He invitado a los cantantes a que hagan lo que siempre han querido y que no se han atrevido a hacer, y tanto Sondra Radvanovsky como Ambroggio Maestri me proponían hacer cosas que les apetecía y que normalmente los directores de escena no les dejaban porque querían seguir la tradición".

Una de estas aportaciones, han revelado, es un momento necrofílico entre Tosca y Scarpia una vez que él ya ha muerto.

A juicio de Azorín, "la personalidad de cada cantante no debía quedar oculta detrás de un vestido o una escenografía". EFE.

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