El marido de la estanquera de Manlleu compuso la popular "Fumando espero"

  • Aunque "Fumando espero", el primer tango que viajó de España al resto del mundo, se asocie con Sara Montiel, pocos saben que fue compuesto por Joan Viladomat, el marido de la estanquera de Manlleu (Barcelona) y protagonista de la biografía "El músic de l'americana vermella", de Jaume Collell.

Irene Dalmases

Barcelona, 23 jun.- Aunque "Fumando espero", el primer tango que viajó de España al resto del mundo, se asocie con Sara Montiel, pocos saben que fue compuesto por Joan Viladomat, el marido de la estanquera de Manlleu (Barcelona) y protagonista de la biografía "El músic de l'americana vermella", de Jaume Collell.

Collell explica en una entrevista con Efe que ha pasado más de dos décadas detrás del personaje, un músico de proyección internacional nacido en 1885 en la población de Osona (Barcelona), con más de 700 títulos en su haber, algunos muy populares a principios del siglo XX como "El tango de la cocaína" o "El vestir d'en Pasqual".

A su juicio, se trata de alguien que podría ser homologable a un artista como Joan Manuel Serrat, que llegó a vestir sotana y sombrero de seminarista en su primera juventud, hasta que las mujeres se cruzaron en su camino.

Tras casarse con Ramona Mercader, que en los albores del siglo pasado despachó durante un tiempo en el estanco del pueblo, se instaló en el Paralelo barcelonés, donde abrió una academia de variedades en la antigua calle Conde del Asalto y actuó como pianista en el café Royal de la Rambla.

En el libro, publicado por RBA, Collell va desentrañando su peripecia vital, que termina en 1940, con apenas 55 años, por una pulmonía, a la vez que reivindica su figura, especialmente porque algunas de sus composiciones, como la más célebre, "han resistido el paso del tiempo, lo que ocurre en muy pocas ocasiones".

El periodista, también oriundo de Manlleu, destaca que con su bigote conspicuo, el músico vivió días de gloria en los locos años veinte, componiendo cuplés, tangos, zarzuelas del género ínfimo, sin olvidarse de las sardanas.

Barcelona había generado "inmensas fortunas" a partir de la Primera Guerra Mundial -muchos industriales trabajaron produciendo para los ejércitos en combate- y el Paralelo se convierte en punto de encuentro de personas con ganas de diversión.

Joan Viladomat no deja pasar la oportunidad e inicia una carrera imparable junto a otros personajes populares del Paralelo como Vicenç Pastallé o Félix Garzo, autor de los libretos de algunas de las revistas en las que trabaja el compositor.

Será en 1923 cuando componga "Fumando espero", que se incluirá dentro de la revista "La nueva España", que se representará en el Teatro Victoria, y que un crítico de la época tachó como un "tango cañí".

Rodeado de populares artistas de variedades como Lolita Arellano, Pilar Alonso, Pepita Iris, Mercedes Serós, la vocalista que más temas grabó del músico, o "La bella Dorita", Viladomat alcanza, sin embargo, su mayor éxito, junto a Pepe Amich "Amichatis", con la obra "El tango de la cocaína", en 1926, de la que se llegan a hacer más de 500 representaciones.

Sin apenas moverse del Paralelo, sus temas son adquiridos por editores de toda Europa y Estados Unidos, y es habitual que sus composiciones sean escuchadas y bailadas en salas de París, Berlín o Nueva York.

Collell asevera que Viladomat fue "un músico total, capaz de adaptarse tanto a las formas clásicas como a las más modernas, enormemente intuitivo y listo".

En esta biografía, Jaume Collell tampoco olvida la amistad que unió durante años a las familias Viladomat y Santpere, entre cuyos miembros se encontraba la actriz Mary Santpere.

Y no obvia la relación con su hijo Esteve, músico profesional que murió prematuramente en 1947, ni con su hermano, el escultor Josep Viladomat, autor del monumento a Raquel Meller, en el Paralelo barcelonés, entre otras obras.

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