El mundo del cine y su barrio dan el último adiós a Monicelli

  • Roma.- El cineasta italiano Mario Monicelli, el gran maestro y último representante de la llamada comedia a la italiana, que murió el pasado 29 de noviembre a los 95 años, recibió hoy el último adiós del barrio romano donde vivió y del mundo del cine.

Roma.- El cineasta italiano Mario Monicelli, el gran maestro y último representante de la llamada comedia a la italiana, que murió el pasado 29 de noviembre a los 95 años, recibió hoy el último adiós del barrio romano donde vivió y del mundo del cine.

Los restos mortales de Monicelli, que en fase terminal por un cáncer de próstata decidió acabar con su vida saltando desde el quinto piso del hospital romano de San Giovanni, fueron llevados hoy a la plaza Madonna de Monti, en el centro de Roma, para que el barrio le dedicase un conmovedor adiós.

Aunque Monicelli nació en Viareggio, en Toscana, era un romano de adopción, ya que pasó la mayor parte de su vida en la capital.

Durante el homenaje, una pequeña banda entonó "Bella ciao", la más conocida canción de los partisanos durante la II Guerra Mundial y uno de los himnos de la izquierda italiana y los habitantes y comerciantes del barrio acogieron el ataúd con un aplauso.

Sobre el féretro sólo había una rosa y dos claveles, ya que como explicó la familia "a Mario no le habría gustado encontrarse entre tantas flores".

Chiara Rapaccini, esposa del director de obras maestras como "La grande Guerra", "I soliti ignoti" (1958) o "L'Armata Brancaleone" (1966), aseguró que a Monicelli "le habría gustado este último adiós silencioso y ordenado e interrumpido sólo por dos aplausos, que le habrían hecho sonreír".

Después los restos mortales de Monicelli fueron trasladados a la "Casa del Cine" de Roma, donde se ha instado una capilla ardiente que estará abierta todo el día y por expreso deseo de la familia no habrá algún funeral y el cuerpo será incinerado.

A la "Casa del Cinema" se han acercado además de representantes políticos y del mundo del cine, como Marco Risi, Enrico e Carlo Vanzina, Giuliano Gemma, o Philippe Le Roy, muchos romanos que han querido dar su adiós al maestro.

Con la desaparición de Monicelli, muere la llamada comedia a la italiana, el género que nació a mediados de los años 50 con películas en las que se describía con ironía y sátira la sociedad del momento, pero en las que en el fondo se respiraba una profunda amargura.

Pero además su muerte ha abierto un debate en el país sobre la eutanasia y su decisión de suicidarse debido al sufrimiento que estaba atravesando debido a su enfermedad.

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