El Museo Thyssen homenajea a Berlín con una exposición de sus fondos

  • La capital alemana y su floreciente panorama artístico en el primer tercio del siglo XX protagonizan "Calles y rostros de Berlín", una exposición que reúne 18 obras maestras de la colección del Museo Thyssen-Bornemisza con motivo del 25 aniversario de la caída del Muro de Berlín.

Madrid, 27 oct.- La capital alemana y su floreciente panorama artístico en el primer tercio del siglo XX protagonizan "Calles y rostros de Berlín", una exposición que reúne 18 obras maestras de la colección del Museo Thyssen-Bornemisza con motivo del 25 aniversario de la caída del Muro de Berlín.

Dieciocho obras componen la muestra del intenso momento de la cultura berlinesa que se vio bruscamente interrumpido por la ascensión del nazismo al poder en 1933, una época dorada con la que la ciudad no pudo volver a conectar hasta la caída del muro en 1989, según ha explicado a Efe la comisaria de la exposición Marta Ruiz del Árbol.

La mezcla de fascinación y miedo que despertaba la rápida evolución de las ciudades antes de la Primera Guerra Mundial fue el tema principal de los pintores que se acercaron al Berlín de la época, abandonando los paisajes idílicos que centraban sus obras anteriores.

Punto de encuentro de las vanguardias europeas, Ernst Ludwing Kirchner pintó justo antes de la Primera Guerra Mundial algunas de sus célebres escenas callejeras de la capital alemana, una de las cuales, "Calle con buscona de rojo", puede contemplarse en la muestra.

También reúne varios cuadros de George Grosz, entre ellos el apocalíptico "Metrópolis", que comenzó en 1916 tras regresar del frente, y en el que se refleja la ciudad y el ser humano que camina hacia la autodestrucción, ha indicado la comisaria.

Tras acabar la guerra, el espíritu de una Alemania derrotada da lugar a obras más políticas y críticas con la burguesía como "Tertulia" o "Crepúsculo", de Grosz, que llegó a abandonar el lienzo para dedicarse a los grabados y dibujos para periódicos y revistas.

Pero los artistas, recuerda Del Árbol, comenzaron a sentir que el arte no cambiaba la sociedad y su implicación con la política se desdibuja.

Surgió entonces un regreso al realismo, a un movimiento denominado la "Nueva Objetividad" que supuso una vuelta al clasicismo: de este período, la colección Thyssen cuenta con retratos realizados por Otto Dix, Albert Henrich, Christian Scxhad o Max Beckmann, entre otros.

Hombres y mujeres vestidos a la moda y fumando cigarrillos, la bohemia berlinesa de la República de Weimar, que quedó reflejada en esos cuadros a través de unas minuciosas técnicas que copiaban el Renacentismo y que llegaron hasta a recuperar el temple sobre tabla.

La transformación de uno de estos retratos es el reflejo de lo que iba a ocurrir unos años más tarde con el Holocausto y la Segunda Guerra Mundial: un año después de la ascensión del nazismo Max Beckmann modificó el retrato de Quappi, su bella mujer, y borró la sonrisa que había pintado en 1932.

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