"El otro lado del espejo", retrato de los espías de la Revolución Sandinista

  • El cineasta vasco Ángel Amigo ha vuelto a situarse tras la cámara para el documental "El otro lado del espejo", que penetra en el lado humano de mandos de la inteligencia rusa, cubana y nicaragüense que operaron durante la Revolución Sandinista y en las operaciones anti "Contra".

San Sebastián, 8 mar.- El cineasta vasco Ángel Amigo ha vuelto a situarse tras la cámara para el documental "El otro lado del espejo", que penetra en el lado humano de mandos de la inteligencia rusa, cubana y nicaragüense que operaron durante la Revolución Sandinista y en las operaciones anti "Contra".

Amigo explica en una entrevista con Efe que la idea de "El otro lado del espejo" surgió a raíz del rodaje en Cuba de "El cazador de dragones", una historia que ha dirigido Patxi Barco y que él ha escrito y producido, sobre un militante de ETA político-militar que, tras disolverse esta facción, viaja a Latinoamérica para enrolarse en las luchas internacionalistas de Nicaragua y El Salvador.

En Cuba estableció contacto con Fabián Escalante y a través de este general retirado y exjefe de los servicios secretos cubanos pudo ir tirando de los hilos para completar el plantel de su documental, que cuenta también con la intervención de Edén Pastora, el "Comandante Cero" de la Revolución que acabó apartándose del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y fundando la Alianza Revolucionaria Democrática (ARDE).

Lenín Cerna, Juan José Úbeda y Vicente Chávez, como antiguos responsables de los servicios de inteligencia nicaragüenses, y dos exmiembros de la KGB, el general y luego político Nikolai Leonov y el coronel retirado Boris Kolomikov, son los otros protagonistas del filme.

La cinta indaga en el "mundo vedado" de una historia sobradamente conocida, para que quienes estuvieron "en la sombra" rememoren la importancia que tuvo su labor y lo cuenten, ya con el paso del tiempo, "quitando galones a lo que hicieron".

Explica que su propósito ha sido "humanizar" la figura del espía, presentar a personas normales que por diferentes circunstancias llegaron a ocupar esos puestos, gente como Cerna, que se relaja leyendo las historietas de Mortadelo y Filemón, o como Chávez, que lo hace tocando la batería.

La imágenes están tomadas en sus casas, en La Habana, Managua y Moscú, lo que imprime a sus relatos "una frescura" que Amigo agradece, porque prefiere "lo emocional" a la "oficialidad de las actas".

"Lo que vamos a oír es su versión de hechos de por sí importantes. Por primera vez han hablado a gusto y largo de ello", señala el realizador.

Amigo no ha ido buscando lo que fue "exactamente la realidad" y dice que tampoco tiene "nivel" para cuestionar la verosimilitud de todo aquello que cuentan, desde el espionaje a la CIA a arriesgadas operaciones para derribar aviones estadounidenses.

El documental es sobre todo, para su autor, la confluencia de tres historias de amor, la de los nicaragüenses que lucharon "con pasión" por aquello en lo que creían, la de "un hombre de despacho" como Escalante, que se va a la selva de Nicaragua aplicando "su esquema de solidaridad cubana", y la de los agentes rusos que vieron "impotentes" cómo la URSS, con la vista puesta en Afganistán, no prestaron su ayuda para hacer frente a la "Contra".

"Me gusta la dimensión personal de los hechos oficiales, haberme podido asomar a estos personajes y contar esta parte poco accesible de la historia", afirma Amigo.

La película, que se estrenará mañana en salas de Barcelona, Bilbao, Vitoria, San Sebastián y Madrid, se convertirá pronto en el penúltimo trabajo del productor y coguionista de "La fuga de Segovia", que prepara un documental sobre el político socialista Jesús Eguiguren titulado "Memorias de un conspirador".

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