El pintor Albert Oehlen brinda por los artistas malos que generan mercado

  • Madrid.- Con 30 años de trayectoria, Albert Oehlen considerado uno de los pintores abstractos más respetados del circuito del arte cree que la situación actual es "un paraíso" en el que "los artistas malos son casi más importantes que los artistas buenos porque vivimos de ellos".

Madrid.- Con 30 años de trayectoria, Albert Oehlen considerado uno de los pintores abstractos más respetados del circuito del arte cree que la situación actual es "un paraíso" en el que "los artistas malos son casi más importantes que los artistas buenos porque vivimos de ellos".

El alemán se encuentra en Madrid para asistir a la inauguración hoy de la muestra de su serie "H.A.T." en la galería Juana de Aizpuru, donde comparte espacio con el estadounidense Joseph Kosuth, uno de los fundadores del arte conceptual.

En entrevista con Efe, Oehlen afirmó que "no hace falta que ningún artista se tenga que amoldar al mercado porque hay más arte, más dinero, más mercado, más galeristas y más artistas. En consecuencia, lo que hay de más, con respecto a lo que había antes, es lo malo, por supuesto".

"Esta masa de galerías y artistas malos es la que genera el dinero para mantener todo el aparato", reseñó el pintor mientras levantaba un vaso de agua: "¡Un brindis por los artistas malos!".

Oehlen (Krefeld, Alemania, 1954) estudió con Sigmar Polke, uno de los pintores alemanes postmodernos claves del siglo XX, en la Escuela Superior de Artes Visuales de Hamburgo, donde se graduó en 1978, y ha vivido en diversas ciudades de Alemania y España hasta que se afincó "entre vacas en Suiza".

Oehlen ha traído a Madrid la serie "H.A.T.", compuesta de seis cuadros que realizó en Suiza en 2009, inspirada en seis lienzos de Cy Twombly, pintor estadounidense expresionista abstracto cuya obra está en los museos de arte contemporáneo más respetados del mundo.

La serie "H.A.T." se caracteriza porque las telas tienen en común el formato vertical, el fondo blanco y están pintadas a mano con pigmento monocromo -azul, rojo, gris y rojo-.

Los colores y tonos de los pigmentos y los tamaños diversos de las telas son los mismos que usó Cy Twombly en los seis lienzos que vio en una residencia de unos coleccionistas de arte, señaló Oehlen.

Ahora -bromeó el artista- "la dificultad está en convencer a los dueños de que vendan esos Cy Trombly y los sustituyan" por los suyos.

Las telas de la serie "H.A.T." están pintadas con veladuras monocromas muy delgadas, pero la diferencia a nivel técnico con su obra anterior está en que la ejecutó con los dedos de las manos.

El artista explicó que ha recurrido a pintar con la mano por el sentido "infantil" de la ejecución pero también por abordar "la idea tonta de la sensibilidad y el romanticismo" de tocar la obra de arte.

Interesado en Pablo Picasso y Salvador Dalí, Oehlen ha aprendido de la primera generación de los artistas expresionistas abstractos como Georg Baselitz, Anselm Kiefer y Jörg Immendorff, la crítica le ha vinculado con el movimiento alemán "Neue Wilde" y ha trabajado con Martin Kippenberger y Jonathan Meese.

Como esos artistas, Oehlen comentó que camina en "la búsqueda de la gran confusión", es decir, la obra de arte que aporte algo nuevo "que no va a ser bonito y en un primer momento, va a ser difícil de digerir" por el espectador.

"La intención -confesó- es hacer algo que otros no puedan hacer, que ningún otro pueda pintar y nadie lo haya visto antes; pintar el cuadro imposible, el cuadro que acaba con el hambre, con las guerras y con Bon Jovi".

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