El "prodigio" Leo Nucci abre en la tradición del "lied" brecha italiana

  • Concha Barrigós.

Concha Barrigós.

Madrid, 6 may.- Sus colegas, revela, interpretan esas canciones "para descansar" en los conciertos, pero él, Leo Nucci, el más Rigoletto de los rigolettos, las reivindica como los "lied" italianos y apuesta todo a que quienes asistan esta noche a la Zarzuela comprobarán su extraordinaria calidad y vigencia.

Nucci (1942) es un prodigio de dedicación a su carrera. Ya va por su 503 representación encarnando a Rigoletto y no descansará, bromea, hasta que llegue a las mil "por lo menos", y eso con la cicatriz de un infarto que casi le cuesta la vida, y una agenda que no tiene huecos hasta dentro de tres años.

En esas más de 500 funciones -las cumplió el 4 de abril en Viena-, el barítono, único que ha cantado Rigoletto en todos los teatros importantes del mundo, ha hecho 400 bises de su sensacional interpretación de "Vendetta".

Se cuida montando en bicicleta y dando largos paseos como el que le ha hecho esta mañana "perder el oremus" y llegar tarde a la rueda de prensa en la que, junto al director del CNDM, Antonio Moral, ha explicado el programa que interpretará esta noche en XX Ciclo de Lied del Teatro de la Zarzuela acompañado del Italian Chamber Enssemble.

"Es un programa muy particular, porque recupera una tradición que se está perdiendo, la canción de cámara, el salotto italiano de 1800. Estamos encantados de que Nucci esté de vuelta en Madrid. La última vez armó la marimorena", ha recordado Moral en referencia a que Nucci ha sido el único cantante por el que el Real ha interrumpido una representación para reclamarle un bis.

Fue con Rigoletto, "claro", y a ese teatro volverá la temporada próxima con "La Traviata", una cita que espera "tranquilo" pero "curioso", ha dicho a Efe.

Con el sexteto Italian Chamber Ensemble ha dado ya 160 conciertos por todo el mundo, y aunque los últimos quince los han dedicado íntegramente a Verdi, en Madrid estrenarán un programa nuevo que encaja más en el ciclo de lied que organiza el Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM).

"Pensaba hacer lo mismo en Madrid, pero Moral me dijo que aquí eran lied de cámara -ha bromeado-. Nuestra canción italiana es otra, otro tipo de lied, como los de Francesco Paolo Tosti (1846-1916), una tradición en el gusto italiano, que es de la palabra antes que la música".

Es verdad, ha reconocido, que el mundo ha cambiado mucho y que hoy "todo se mezcla", pero sigue siendo tan importante como en 1800 darle al público "a escuchar cosas que se pueden escuchar, cosas clásicas que no aburran".

De Tosti interpretará tres canciones, de Ernesto Curtis una y de Rodolfo Falvo otra, para dedicar la segunda parte a Verdi, Arturo Buzzi-Peccia y Rugero Leoncavallo.

"Lo que intentaremos hacer esta noche son esas cosas que a mis colegas les parecen fáciles y que no lo son en absoluto. La primera parte son arias de la tradición napolitana, música que no es para interpretarla al lado de una mesa mientras otros comen, sino muy refinada", reclama.

La segunda parte es la que está "más dedicada" a Verdi, con "Tre preghiere", "Lolita", de Buzzi-Peccia porque "tiene un carácter un poco español y luego porque todos los grandes cantantes del mundo lo grabaron", "Aprile", de Leoncavallo, y cierra con "Lo spazzacamino" de Verdi.

"En esta última está todo el Verdi futuro: recitativo, arioso y cavaleta. Espero que a la gente le guste, aunque -ha bromeado de nuevo- podemos salir presos".

No ha querido revelar las "sorpresas" que aguardan al auditorio en la parte de bises pero ha adelantado que cantará "algo" que hace "mucho" que no interpreta.

"En los conciertos intento hacer lo que hago en la opera: que el público llore y ría buscando para ello la tonalidad justa", ha destacado y ha cantado varios fragmentos para demostrar lo diferente que es, por ejemplo, cantar en sol sostenido.

A esas notas, ha revelado, "se llega de muy distintas maneras, pero hay que recordar que la música es una cosa seria, no solo algo para conseguir éxito y dinero".

"Soy un hombre al que le gusta la ópera de verdad, y si la garganta no puede, no puede. Una cosa es llegar al La bemol o La natural con la tesitura de barítono y otra llegar en la de tenor. Mi garganta no puede. Enhorabuena si otros sí", ha ironizado.

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