El regreso de los 80: la catarsis de una generación que se está haciendo mayor

  • Anoche 1.800 personas hicieron tres horas de cola para ver 'Regreso al futuro' y 'E.T.' en sesión doble en un inmenso cine de Barcelona. Pero el Phenomena, una sesión cinéfila que recupera títulos antiguos, es sólo la punta del iceberg. Los ya no tan jóvenes reivindican apasionadamente el espíritu de un tiempo en el que todo era posible. Lainformacion.com arranca aquí una serie de reportajes que, a lo largo de todo el verano, retratarán la nostalgia de una época que ha marcado a quienes hace 30 años contaban la edad que ahora tienen sus hijos.
Fernando de Luis-Orueta

Bien dice la máxima popular que en la moda todo vuelve. Pero la reaparición de los iconos de los 80 está siendo algo más que una simple tendencia en las páginas de una revista. Este verano una gran cadena de ropa vende camisetas de los Gremlins, los móviles se llenan de juegos que recrean las antiguas maquinitas, Lady Gaga se reivindica más que nunca como la sucesora de la Madonna más ochentera y en los cines Súper 8 recupera el aroma de E.T. y Los Goonies, una película que, tras años en el olvido, se acaba de emitir por televisión en horario estelar.

Este revivalno es algo estrictamente coyuntural. Cuando las pasarelas empezaron a recuperar las hombreras y los cardados en sus desfiles parecía un paso natural después de haber revisitado la estética de las cuatro décadas anteriores. Pero, aunque las denostadas hombreras no terminen de reencontrar a su público, la referencia a los 80 permanece y se contagia al cine, la televisión, la música, los videojuegos, el diseño gráfico... que hacen cada vez más referencias a esa época.

No estamos hablando de la Movida ni del 23-F, acontecimientos fundamentales de la historia de este país, pero que conforman el epicentro de la memoria de una generación anterior. Se trata de E.T., Naranjito, los bolis Paper Mate, Michael J. Fox, el 12-1 a Malta, el cubo de Rubik, los lagartos de V, el pecho descubierto de Sabrina, las bicis BH, el Spectrum, "¡Chanquete ha muerto!", Parchís, El pirata garrapata, Rosa María Sardá bajando una escalera o José Ramón Sánchez improvisando un dibujo con rotuladores.

Son los recuerdos de infancia de los hombres y mujeres cuyos hijos cuentan ahora la misma edad que ellos tenían en los 80. Es su turno en el mundo y reclaman recuperar la inocencia, la ilusión y, por qué no, la magia de entonces.

"Hacedme caso, recordad este momento. Guardad los olores, la sensación del sol que quema y el agua que os salpica la espalda. Los amigos. Todo esto cambiará. Pasarán los años, las tardes serán más cortas y cada vez os costará más encontrar momentos mágicos. No tengáis prisa por haceros mayores. Hacedme caso. Algún día, el recuerdo de este momento os podrá salvar la vida".

Es el comienzo de Héroes, (Pau Freixas, 2010) una película que hace bandera como pocas de esa reivindicación. "Hace tiempo", dice uno de los personajes, "se lo prometí a un amigo de la infancia, que intentaría tener muchos días mágicos. Pero cada vez es más difícil".

Magia. Eso es lo que ocurrió anoche en el cine Urgell de Barcelona. 1.800 personas participaron de un rito extraordinario: ver una película. No llegar a un mostrador en el extremo de un inmenso centro comercial, elegir un título del luminoso, comprar palomitas, nachos o gominolas y consumir un largometraje con el mismo interés que se sorbe una Coca-Cola.

Nada de eso. Un telón cerrado. Luces que se atenúan. Una fanfarria largamente conocida. "Moooooooovierecord", tararean. Anuncios de la época. Tráilers de películas que ahora sólo se pueden ver en DVD. Silencio. 1.800 corazones se encogen a la vez. Dos letras púrpuras rasgan la oscuridad de la pantalla: "E.T.".

"Esta noche va a haber kleenex volando", bromea Nacho Cerdá, el director de cine que ha hecho posible el milagro. Estamos en el Phenomena, una sesión que desde hace seis meses ha agitado la escena cultural de Barcelona hasta convertirse en el acontecimiento que nadie se quiere peder. "Hoy en día falta magia y Phenomena consigue recuperar algo de eso... Supongo que nos estamos haciendo mayores y ahora también nosotros echamos de menos el cine de antes. Pero no sólo se trata de una nostalgia hacia lo que ya no es sino también de la frustración ante cómo está montada la vida".

Como Elliott cuando deja caer un rastro de lacasitos, esta generación echa de menos la oportunidad de descubrir otra vez el mundo y que esta vez no les defraude. Son los mismos que acuden a las asambleas del 15-M o quienes al menos comparten muchas de sus reivindicaciones por Twitter. Los mismos que han firmado una hipoteca hasta por 50 años y ahora se sienten reos del euríbor. Quienes después de años de trabajar como becarios sólo han llegado a mileuristas, en el mejor de los casos. Son los padres jóvenes que sueñan con que sus hijos sí tengan la oportunidad de descubrir el mundo y que sea hermoso.

Ver, como anoche, en sesión doble Regreso al futuro yE.T. es, sí, engañar a los sentidos. Pero también una experiencia catártica con la que desempolvar los sueños.Nunca es tarde para luchar por ellos.

Desde hoy, y a lo largo de todo el verano, Lainformacion.com va a recorrer este movimiento cultural en la serie de reportajes Los 80 son nuestros.

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