El retorno a Europa de Asher B. Durand

  • Madrid.- Los paisajes norteamericanos de Asher B. Durand han viajado a Europa por primera vez, casi dos siglos después de que lo hiciera su creador, para integrar la retrospectiva de uno de los paisajistas más influyentes de su época, que estará en la Fundación Juan March de Madrid hasta el próximo 9 de enero.

El retorno a Europa de Asher B. Durand
El retorno a Europa de Asher B. Durand

Madrid.- Los paisajes norteamericanos de Asher B. Durand han viajado a Europa por primera vez, casi dos siglos después de que lo hiciera su creador, para integrar la retrospectiva de uno de los paisajistas más influyentes de su época, que estará en la Fundación Juan March de Madrid hasta el próximo 9 de enero.

Si en 1849 Asher B. Durand (1796-1886) embarcó en Nueva York con destino a Londres para iniciar una estancia de un año por Europa, hoy sus obras hacen el mismo recorrido con el objetivo de dar a conocer a uno de los mejores paisajistas estadounidenses ante el público europeo.

Aunque la parte central de las 144 obras que integran la exposición está formada por la visión naturalista del pintor de las montañas de Catskill o los valles y vistas del río Hudson, lugares cercanos a Nueva York que frecuentó y que plasmó en impresionantes óleos, en la misma se incluyen también buena parte de sus retratos y grabados, género del cual se le considera un pionero.

La exposición monográfica abarca por tanto toda la extensa obra del autor, que falleció a la edad de 90 años, y que inició hacia 1812 como aprendiz de grabador, arte que conoció al observar a su padre trabajando como relojero.

Según explicó hoy en la presentación de la muestra Linda S. Ferber, conservadora jefe y directora emérita de la New York Historical Society, entidad que ha cedido 140 de las obras, a través del trabajo de Durand se puede conocer de primera mano la cultura americana de la época y sus costumbres.

Los retratos, tras su época de grabador (1817-1835) eran, según esta reconocida experta en Durand, los "medios de masas de la época", y en los mismos se plasmaba a famosos e intelectuales.

No obstante, "el objetivo de su carrera fue recrear los impresionantes paisajes norteamericanos", según Ferber, quien afirmó que en su viaje a Europa para conocer las tendencias artísticas de la época "lo que más le impactó fueron los pintores holandeses del XVII".

Entre sus preferidos destacó Rubens, Rembrandt o Constable, y entre sus "obsesiones" a la hora de pintar, y elemento central de su pintura, citó a los árboles, "a los que muestra en todos sus estados".

Es en 1832, dos años después de perder a su esposa, cuando el pintor hizo un retrato de grupo de sus tres hijos jugando al aire libre en Nueva Jersey, donde la familia se refugió huyendo de la epidemia de cólera que azotó Nueva York.

A partir de ahí, Durand se va interesando por plasmar la naturaleza, que poco a poco fue descubriendo gracias a sus largas caminatas por las zonas montañosas de Catskills, Adirondack o White.

"El roble solitario" (1844), su primer y magistral pintura de un árbol silueteado contra la puesta de sol, es sólo el punto de partida, al que pone punto y final en 1878 con "Puesta de sol: recuerdo de las Adirondack", tras la cual abandona los pinceles y se centra en sus paseos por la montaña y la contemplación de la naturaleza.

Junto al catálogo de la exposición, la Fundación Juan March publica la edición semi-facsímil y bilingüe de las nueve "Cartas sobre pintura de paisaje", publicadas por Durand en 1855 en "The Crayon", la primera publicación periódica dedicada a las bellas artes en América, en las que el representante de la tradición pictórica estadounidense recogió su poética y su praxis artística.

La exposición, que incluye una selecta muestra de artistas coetáneos, ha sido organizada conjuntamente por la Fundación y la New York Historical Society, el museo más antiguo de Nueva York que custodia, entre otras, la mayor colección de obras de Asher B. Durand.

El objetivo es que el público europeo conozca la obra completa de uno de los emblemas del paisajismo estadounidense, ya que hasta ahora sólo había estado presente fuera de su país en exposiciones colectivas.

En la inauguración de la muestra esta tarde se celebrará un concierto inaugural a cargo de la soprano Diana Tiegs y el pianista Julio Alexis Muñoz, el primero de los tres de que consta el ciclo "Las raíces norteamericanas de Ives y Coplan", organizado por la Juan March en paralelo con la muestra.

Concha Carrón.

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